El día 22 de marzo de este año
(2014), uno de los máximos hitos de la sumisión ciudadana se llevará acabo, “la
marcha de todas las marchas”, una excéntrica marcha que reunirá todos los
movimientos “cívico-indignados” que pululan por esta larga y angosta faja de
tierra infértil.
¿Pero cuál es el gran sentido de
esta marcha? Reivindicaciones menores tales como; “educación gratuita y de
calidad”, “reconocimiento constitucional de los pueblos indígenas”, “Estado
Laico”, “Derechos a los inmigrantes”, “Matrimonio igualitario con adopción”, “un
medio ambiente libre de contaminación”, “aborto terapéutico”, “auto cultivo de
marihuana” y como estandarte mayor la guinda de la podredumbre de la libertad:
una nueva Constitución vía Asamblea Constituyente.
No hay que ser un genio para
advertir que estas simples reivindicaciones son secundarias que nada de
problemas le traerán al sistema, incluso al revés, benefician al mismo sistema
para que no hayan problemas entre el conflicto de intereses que existe en el seno de una
sociedad de explotador@s y oprimid@s. Son simples demandas que fácilmente el
populismo demagogo de Bachelet no dudaran en cooptarlas para mantener a la gran
masa gris feliz en la política del “Pan y circo”, sin siquiera los intereses de
los grandes capitales se vea afectado.
Como dijo el compañero Kaczynski (UNABOMBER
para los amigos), para enfrentar al sistema, hay que golpearlo donde le duele,
si a este “pulpo” solo nos limitamos a atacar sus tentáculos, nunca lo
destruiremos. Hay que ir directo a la cabeza, es decir, a los pilares del sistema, y como un lobo rábico matarlo.
Golpear donde duele significa ir
a enfrentarse directamente a los intereses de l@s explotador@s, sin caer en los
valores del sistema, es decir, mecanismos los cuales el propio sistema ha creado
para seguir subsistiendo, llámese: “democracia”, “derechos universales”, “plebiscitos”, “Constituciones
populares”, etc.
Mediante estos mecanismos el
sistema va creando reformas las cuales se traducen en míseras “mejoras” (Si es
que se pueden llamar mejores), para l@s oprimid@s, a los que una gran mayoría
de estos, se sienten victoriosos por estas demandas cumplidas. Una revolución a
través de reformas es tan inútil, como dar biblias a los más hambrientos.
Solo a través de la insolente
rebeldía alcanzaremos la libertad, no con pobres marchas que fomentan la
sumisión y la infantil “indignación ciudadana”.
Escrito por Nihil Ranciere
Marchas que crean a sus asistentes la ilusión de rebeldía total, para sentirse victoriosos al obtener migajas de el pan duro que ruegan...
La única solución son las armas