Una nueva fuerza humana, que el
marco existente no podrá reprimir, crece cada día con el irresistible
desarrollo técnico y la insatisfacción de su utilización posible en nuestra
vida social privada de sentido.
La alienación y la opresión en la
sociedad no pueden ser mantenidas en ninguna de sus variantes, sino únicamente
rechazadas en bloque con esa misma sociedad. Todo progreso real queda
evidentemente suspendido hasta la solución revolucionaria de la crisis multiforme
del presente.
¿Cuáles son las perspectivas de
organización de la vida en una sociedad que, auténticamente,
"reorganizase" la producción sobre la base de una asociación libre e
igualitaria de productores? La automatización de la producción y la socialización
de los bienes vitales reducirán cada vez más el trabajo como necesidad exterior
y proporcionarán, finalmente, plena libertad al individuo. Liberado así de toda
responsabilidad económica, de todas sus deudas y culpabilidades hacia el pasado
y el prójimo, el hombre dispondrá de una nueva plusvalía incalculable en dinero
porque no se la puede reducir a la medida del trabajo asalariado: el valor del
juego, de la vida libremente construida. El ejercicio de dicha creación lúdica
es la garantía de la libertad de cada uno y de todos en el marco de la única
igualdad garantizada con la no explotación del hombre por el hombre. La
liberación del juego es su autonomía creativa, que supera la vieja división
entre el trabajo impuesto y el ocio pasivo.
La Iglesia ha quemado en otro
tiempo a supuestos brujos para reprimir las tendencias lúdicas primitivas
conservadas en las fiestas populares. En la sociedad hoy dominante, que produce
masivamente pseudo-juegos desconsolados de no-participación, una actividad
artística verdadera es clasificada forzosamente en el campo de la criminalidad.
Es semiclandestina. Aparece en forma de escándalo.
¿Qué es esto, de hecho, más que
la situación? Se trata de la realización de un juego superior, más exactamente
la provocación a ese juego que constituye la presencia humana. Los jugadores
revolucionarios de todos los países pueden unirse a la I.S. para comenzar a
salir de la prehistoria de la vida cotidiana.
A partir de ahora, proponemos una
organización autónoma de los productores de la nueva cultura, independiente de
las organizaciones políticas y sindicales que existen en este momento, pues
nosotros negamos la capacidad de organizar otra cosa que el acondicionamiento
de lo existente.
El objetivo más urgente que
fijamos a dicha organización para una primera campaña pública cuando salga de
su fase experimental inicial es la toma de la U.N.E.S.C.O. La burocratización
unificada a escala mundial del arte y de toda la cultura es un fenómeno nuevo
que expresa el profundo parentesco de los sistemas sociales coexistentes en el
mundo, basados en la conservación ecléctica y en la reproducción del pasado. La
respuesta de los artistas revolucionarios a estas nuevas condiciones debe ser
un nuevo tipo de acción. Como la existencia misma de esta concentración
directiva de la cultura, localizada en el único edificio, favorece su
confiscación por medio de un putsch; y como la institución carece completamente
de posibilidades de un uso que tenga sentido fuera de nuestra perspectiva
subversiva, nos encontramos justificados, ante nuestros contemporáneos, para
apoderarnos de tal aparato. Y lo haremos. Estamos decididos a apoderamos de la
U.N.E.S.C.O., aunque sea por poco tiempo, ya que estamos seguros de hacer en
ella rápidamente una obra que quedará como la más significativa por esclarecer
un largo período de reivindicaciones.
¿Cuáles deberán ser los rasgos
principales de la nueva cultura, sobre todo en comparación con el arte
antiguo?.
Contra el espectáculo, la cultura
situacionista realizada introduce la participación total.
Contra el arte conservado, es una
organización del momento vivido directamente.
Contra el arte fragmentario, será
una práctica global que contenga a la vez todos los elementos utilizados.
Tiende naturalmente a una producción colectiva y sin duda anónima (en la medida
en que, al no almacenar las obras como mercancías dicha cultura no estará
dominada por la necesidad de dejar huella). Sus experiencias se proponen, como
mínimo, una revolución del comportamiento y un urbanismo unitario dinámico,
susceptible de extenderse a todo el planeta; y de propagarse seguidamente a
todos los planetas habitables.
Contra el arte unilateral, la
cultura situacionista será un arte del diálogo, de la interacción. Los artistas
-como toda la cultura visible- han llegado a estar completamente separados de
la sociedad, igual que están separados entre ellos por la concurrencia. Pero
antes incluso de que el capitalismo entrase en este atolladero el arte era
esencialmente unilateral, sin respuesta. Esta era cerrada de su primitivisrno
se superará mediante una comunicación completa.
Al llegar a ser todo el mundo
artista en un plano superior, es decir, inseparablemente productor-consumidor
de una creación cultural total, se asistirá a la disolución rápida del criterio
lineal de novedad. Al ser todo el mundo situacionista, por decirlo así, se
asistirá a una inflación multidimensional de tendencias, de experiencias, de
"escuelas" radicalmente diferentes, y no ya sucesivamente sino
simultáneamente.
Inauguramos ahora lo que será,
históricamente, el último de los oficios. El papel de situacionista, de
aficionado-profesional, de anti-especialista, es todavía una especialización
hasta el momento de abundancia económica y mental en que todo el mundo llegará
a ser "artista", en un sentido que los artistas no han alcanzado: la
construcción de su propia vida. Sin embargo, el último oficio de la historia
está tan próximo a la sociedad sin división permanente del trabajo, que se le
niega generalmente, cuando hace su aparición en la I.S., la cualidad de oficio.
A los que no nos comprendieran
bien... les decimos con un irreductible desprecio: los situacionistas, de
quienes os creéis jueces, os juzgarán un día u otro. Os esperamos en el cambio
de sentido que es la inevitable liquidación del mundo de la escasez en todas
sus formas. Estos son nuestros objetivos, y serán los futuros objetivos de la
humanidad.
17 de mayo de 1960
Publicado en Internationale Situationniste # 4, (1960).
Traducción extraída de Internacional situacionista, vol. I: La realización del
arte, Madrid, Literatura Gris, 1999.