PRÓLOGO
Los estudios sobre la filosofía política se han centralizado en analizar las
teorías y conceptos del paradigma del pensamiento racionalista “occidental”,
sin salirse de esta dimensión teórica homogénea. En algunos círculos académicos
el pensamiento político no ha podido sobrepasar los lineamientos de la
filosofía clásica europea, sus propias falencias y errores se reflejan en sus
contradicciones y paradojas. Sus supuestos filosóficos construyeron el
“proyecto” de la modernidad con sus ideales de “desarrollo” y “progreso”, para
después precipitarse en la decadencia nihilista propia del mundo contemporáneo.
El concepto de “cracia” (poder) nacido en los griegos, el Estado-nación de la
Ilustración, el proyecto hegeliano del espíritu absoluto reflejado en el
Estado, la “voluntad general” del Estado en Rousseau, el comunismo de los
dialécticos materialistas marxistas y su Estado provisional, entre otros temas
sobre el Estado y la razón, son los preferidos por la academia en filosofía
política, y toman por sentado el paradigma racionalista logo-céntrico, que se
apodera de una “verdad” para imponer un modelo de sociedad y de vida política.
En todas ellas la idea de “razón” y la idea del Estado se toman de la mano, la
imposición de una “verdad” se junta con la imposición de un orden y de un
sistema. La historia muestra que todas las sociedades imperialistas se creen
dueñas de “la verdad” y así imponen un modelo de pensamiento, de cultura, de
religión y de política a los pueblos dominados.
Por todo esto resulta complejo hacer un estudio de la filosofía política fuera
de las pre-concepciones propias del modelo académico y social en el que estamos
insertados. Por ejemplo, la epistemología se encarga de estudiar la teoría del
conocimiento científico en plena crisis del sujeto cartesiano, enfrentando el
vacío de paradigmas que representa un revés del racionalismo. En este aparente
mundo de diversos paradigmas que aparecen y vuelven a desaparecer, el
racionalismo es otro paradigma, por lo que su orden social y su Estado pueden
desaparecer.
El nihilismo naciente en pensadores como Friederich Nietzsche y continuado por
E.M. Cioran, ha cuestionado radicalmente a la racionalidad “occidental” y ha
desenmascarado sus falencias epistémicas, ontológicas y eventualmente políticas.
Aquellas ideas filosófico políticas que pretenden homogeneizar el pensamiento
bajo un solo modelo epistémico y político son desmanteladas por el nihilismo,
pues la diversidad, la posibilidad, el devenir, el otro, la nada, niegan la
imposición de “una verdad” y de “un orden” estático. Así mismo, la idea
impuesta del Estado es desmantelada por el anarquismo de Mijail Bakunin que
descubre en el Estado el instrumento para anular la libertad, la dignidad y la
autonomía de cada ser humano.
Esta Tesis juntará el nihilismo epistémico y el anarquismo político como
intento de estudiar a la filosofía política no a partir de pre-concepciones ya
instauradas en los círculos académicos, sino a partir de ideas disidentes del
status quo académico y social. El pensador nihilista E.M Cioran y el pensador
anarquista Mijail Bakunin, me servirán de guía para recorrer los cimientos de
la filosofía política a partir del anarco-nihilismo.
La situación crítica de la humanidad en la actual civilización, me impulsó a
realizar este estudio del anarco-nihilismo, analizando la formación de un Nuevo
Orden Mundial o “globalización”, vista como el punto culminante de la historia
del imperialismo y como un sistema de imposiciones epistémicas, ontológicas,
sociales, lingüísticas, culturales y políticas a las sociedades dominadas por
el modelo único de la civilización capitalista neo-liberal.
El eje directriz de este estudio filosófico político será la libertad,
primeramente vista desde su negación en el orden jerárquico y clasista del mundo
contemporáneo, y la libertad vista como posibilidad de transgresión y de
ruptura social, desde el nihilismo y el anarquismo. Será necesario,
paralelamente, hacer un análisis del Estado, del poder, de la autoridad, de las
jerarquías, del orden político-social actual a través de un estudio de la
filosofía del anarquismo y también de un análisis de la crisis de la
civilización “occidental”, desde las falencias de la racionalidad instrumental
y desde el fracaso del “proyecto” de la modernidad.
La sociedad está seriamente fragmentada y sus débiles estructuras corrompidas
incrementan el estado de inseguridad y de crisis. Por lo que considero que hay
que replantearse cual es el propósito y el sentido de aquello que llamamos
“progreso”, “desarrollo” o “evolución” en la sociedad en la que estamos
insertados. La filosofía política reflexiona sobre estos problemas, además de
forjar nuevos pensamientos sociales y políticos que lleven a una legítima
emancipación de la humanidad.
Quito, 16 de Mayo del 2006
"Porque no hay revolución sin una destrucción extensiva y apasionada, una
destrucción saludable y fecunda, puesto que es de ella y solamente por ella,de
donde surgen y nacen nuevos mundos"
INTRODUCCIÓN
La posibilidad de fundamentar un pensamiento que trascienda las teorías de la
filosofía política clásica e incursionar en la realidad humana, social y
geopolítica actual es el objeto de esta investigación. La propuesta es el
estudio del anarco-nihilismo dentro de la globalización o nuevo orden mundial
como una crítica filosófica al modelo imperial de la civilización “occidental”.
Anarquismo, etimológicamente, significa sin autoridad (del griego: A, sin, y
Arquía, autoridad) y nihilismo viene del latín nihil que significa nada, un
pensamiento que niega y trastoca las valores y paradigmas establecidos. Estos
dos pensamientos filosóficos coinciden en el rechazo a la realidad social
impuesta de clases y jerarquías, y en el rechazo al estancamiento de la misma.
Representan la transgresión a los valores establecidos (sean estos epistémicos
o políticos) que sostienen la civilización capitalista en la que estamos
insertados.
El problema concreto de la investigación es divisar en qué medida el estudio de
estos dos pensamientos en conjunto puede ser una propuesta de disidencia,
entendida aquí como la separación y oposición a las doctrinas oficiales del
status quo actual. Además de emprender pautas de la filosofía política para una
legítima práctica política de liberación, trascendiendo las limitaciones que
existen entre la teoría pura y el actuar, y así recobrar la tarea primordial de
la filosofía que es interpretar la vida para poder transformarla.
Actualmente los pensamientos anarquista y nihilista son vistos con muchos
prejuicios, tabúes y malentendidos, son relacionados siempre con el caos, el
mal, la delincuencia y el vandalismo, cuando en verdad son filosofías que
reflexionan sobre la realidad humana, su destino, su condición, su forma de
ser, su posibilidad de liberación. Después de este estudio, el objetivo es
esclarecer los significados primordiales del anarquismo y del nihilismo en el
contexto del mundo contemporáneo. Si vemos como están cambiando
vertiginosamente las formas de pensar y de actuar del ser humano, es coherente
estudiar la realidad (sea política, social o filosófica) sin ningún dogma
preestablecido y estar abiertos siempre a cualquier pensamiento que quiebre la
normatividad en la filosofía política y en la vida misma. Retomando así
aquellos pensamientos como el anarquismo y el nihilismo que fueron censurados y
atacados por considerarlos amenazas al status quo imperante. La filosofía es
una forma de vida, así como una reflexión sobre la existencia del universo y de
la vida misma, en este marco la presente tesis tratará de reformular cuál es el
verdadero papel de la filosofía política en el tablero de ajedrez del mundo,
relacionándola directamente con la vida ética y política del ser humano, con
sus problemas, sus aspiraciones, sus necesidades, haciendo filosofía desde un
pensamiento que no soslaye los problemas vitales. Cuando se afirma que el
anarco-nihilismo es más que una postura filosófica, es para recalcar que la
libertad filosófica-política del ser humano es un problema vital, propio de la
vida, más que un problema filosófico teórico que pueda resolverse en las aulas
de la academia.
Vivimos actualmente momentos de crisis sociales, políticas y económicas, en los
que el descontento general está tomando fuerza en la vida política de las
naciones, por lo que reflexionar sobre la libertad, el Estado, el poder, las
jerarquías, la injusticia social, es menester para quien intenta dilucidar un
pensamiento filosófico político en el torbellino confuso de los tiempos de hoy.
Bajo las pautas de un método intuitivo se esbozará los diferentes caracteres
del los pensamientos anarquista y nihilista junto al análisis
filosófico-político de la realidad social en la que estamos insertados. Se
tomarán en cuenta las situaciones políticas y sociales como referentes para
entender y asimilar las posturas del pensamiento anarco-nihilista, por lo cual
se acentuará en la particularidad del hecho social actual para concretar lo
general en la reflexión de la filosofía política.
A través de un esquema de la realidad social se abordará este estudio del anarco-nihilismo.
Los cambios políticos, culturales, sociales del mundo se están dando a pasos
agigantados en estos instantes, tanto en los países pobres como en los países
ricos, la decadencia de “occidente” y el peligroso polvorín en que se ha
convertido “oriente”, la bomba de tiempo social que el capitalismo neo-liberal
ha provocado en el mundo, son temas de vital importancia para la filosofía
política de hoy.
Capítulo I: ¿Qué es anarco-nihilismo?
Es la oposición radical a cualquier tipo de jerarquía, autoridad y a cualquier
orden establecido en el que el ser humano sea esclavizado por otro ser humano,
por opresión y explotación, es la oposición a cualquier forma de poder y
dominio que anule la libertad del ser humano insertado en la colectividad y la
negación al status quo imperante. Estas son solo algunas de las ideas
filosófico-políticas esenciales del anarco-nihilismo, sin que se lo pueda
teorizar o definir con exactitud. Anarquismo y nihilismo son compatibles en la
acción disidente, la espontaneidad, instinto de transgresión, rebelión,
protesta, indignación ante el orden instaurado, y más que nada son formas de
vida y son considerados pensamientos filosóficos legítimos al tener sus propias
éticas, estéticas y campos de acción.
Mijail Bakunin, uno de los primeros filósofos anarquistas, revolucionario y
agitador ruso del siglo XIX(1814-1876), pensaba que ningún ser humano puede ser
libre si su prójimo no lo es. Vivía en la sociedad de comienzos del
industrialismo que mostraba una durísima realidad para la mayoría excepto para
los que más tenían. De allí surgió un pensamiento que subvierte las condiciones
inhumanas a las que se enfrentan los seres humanos, para que alcancen plenitud
gracias a una vida digna y libre con una justa equidad económica, social y
jurídica y el verdadero bienestar para todos. Para ello una revolución es
necesaria en todos los ámbitos de la vida humana, cambiando los paradigmas
mentales y sociales imperantes, y estableciendo una autonomía e independencia
del ser humano y su comunidad.
El nihilismo de Emile Cioran, filósofo contemporáneo nacido en Rumania en 1911
y muerto en París en 1995, muestra, en cambio, cómo el vacío, el descontento y
la desesperanza han afectado a la humanidad dejando a un lado la posibilidad de
un esperanzador cambio social. En el ámbito político esto se traduce como la
imposibilidad de que exista un orden justo y el triste destino de dirigirnos
como civilización al torbellino del caos político y social.
Estos dos pensadores coinciden en la desobediencia e insumisión frente al orden
establecido, en la desesperación por liberar a una humanidad ya vejada,
usufructuada y desorientada, y coinciden en la oposición radical al orden
capitalista actual que se disfraza de “libre mercado”, “democracia”,
“progreso”, llamado Nuevo Orden Mundial o Globalización.
Esta tesis trata de analizar, dilucidar, captar y proponer un pensamiento
anarco-nihilista basándome en estos dos filósofos que constituyen una
subversión del pensamiento en la decadente civilización, y sobre todo mostrar
el carácter urgente de establecer pautas filosóficas para transformar el
pensamiento político hacia una liberación completa para salir de la
homogeneidad, las limitaciones y la esclavitud del status quo. El
anarco-nihilismo es más que una corriente filosófica “utópica”, es también el
pensamiento que abre las puertas a la infinita posibilidad de nuevas formas de
ser de la humanidad, por lo cual es una transgresión a las actuales estructuras
mentales, sociales y políticas.
1.1 La Autoridad y el Estado como instrumentos de explotación y esclavitud.-
Para empezar, el anarco-nihilismo propone necesariamente la abolición del
Estado en todas sus formas, ya que representa la abstracción de aquel conflicto
por el poder y el afán de dominación de un ser humano sobre otro, además de
establecer reglas injustas como las jerarquías y diferencias de rango y clases.
Mientras exista alguien que obedezca siempre habrá alguien quien mande, pero si
nadie obedece entonces nadie puede mandar. El principio del Estado es
justamente imponer una autoridad sobre el resto de la sociedad, de allí que
sean los uniformados bien armados quienes defiendan al Estado porque si deja de
existir toda su autoridad se desploma. Las leyes, las constituciones y los
estatutos, que se compromete un pueblo a aceptar y respetar, son las
herramientas más eficaces del Estado para mantener su poder sobre el pueblo sin
que éste comprenda, por la propaganda, que la mayoría de la leyes sirven para
proteger los intereses de los ricos y poderosos y para que esta plutocracia(
poder de los ricos) se mantenga en el mandato del orden establecido por ser
dueños de las industrias, los medios de producción, los medios de comunicación,
las finanzas, las corporaciones, etc
El Estado, con su fuerza policial y militar, reprime las subversiones que
pretenden cambiar el orden establecido, por ello debe vigilarlo, controlarlo,
censurarlo. Otro filósofo anarquista, Joseph Proudhon (1809-1865),
contemporáneo de Bakunin, advertía sobre lo que es ser gobernado por cualquier
Estado:
Ser gobernado es ser observado, inspeccionado, espiado, dirigido, legislado,
regimentado, encerrado, adoctrinado, controlado, evaluado, censurado,
monopolizado, explotado, comandado, registrado, autorizado, robado, reprimido,
garroteado, encarcelado, abaleado, sentenciado...
La disidencia anarco-nihilista critica al Estado, a los estatutos establecidos,
a los conceptos de nación, república, constitución, propiedad privada, y
critica la circulación de dinero como única forma de intercambio económico.
Pues el Estado y las clases dominantes son responsables y cómplices de la
miseria, pobreza e indignidad que vive actualmente la mayor parte de la
humanidad, ya que representan las fuerzas y bases del orden establecido. El
poder económico es el “maestro de marionetas” del poder político, por ello los
políticos no son más que herramientas de los poderosos plutócratas de todas las
naciones que controlan a los Estados y a las sociedades incrementando la
corrupción a niveles exacerbados. Bakunin se refería a las clases dominantes y
a los Estados como herramientas de explotación:
Explotar y gobernar significan una sola cosa…la explotación y el gobierno son
dos expresiones inseparables de lo que se denomina política, la primera
suministra los medios para llevar adelante el proceso de gobernar y constituye
también la base necesaria y la meta del gobierno, que a su vez garantiza y
legaliza el poder de explotar.
Quienes controlan la energía, los alimentos, las finanzas, las industrias, la
plutocracia a nivel mundial, son los ejes dominantes dentro del orden
capitalista global, las corporaciones multinacionales así como los bancos
internacionales controlan la economía y por lo tanto la política de cada
nación, el Estado-nacional se convierte en una provincia más del Estado-global
controlado por el poder económico manteniendo firme así el orden capitalista en
el planeta.
Consentir a ser gobernados por un Estado corrompido es ser ultrajados de la
libertad de autonomía y ser co-responsables de la expoliación y la explotación
que ejercen las clases dominantes.
Para Bakunin:
Las clases ricas, los banqueros, los grandes propietarios territoriales, los
comerciantes y los industriales, en una palabra, todos los especuladores
importantes que más se enriquecen por el trabajo obrero, se dirigirán al
Estado, le reconocerán a su vez y buscarán su alianza y amistad sabiendo que
ningún Estado, sobre todo ningún Estado poderoso, puede existir sin su alianza
o amistad.
Solamente con la violencia y la represión del Estado, las clases dominadoras se
pueden mantener en el poder, de allí la existencia de agentes militares,
servicios secretos que monitorean las fuerzas subversivas en todo nivel,
fuerzas de coerción y extremas políticas de seguridad privada apuntan a una
militarización policial de vigilancia y control estatal global. Los
representantes y dirigentes del pueblo, dentro de la llamada democracia, no son
más que instrumentos del poder del dinero y de las armas, es decir de banqueros
y militares. El capital tiene un poder sin precedentes en la historia, el
sistema supuestamente democrático se alimenta de la coima y del pillaje, y las
decisiones importantísimas que incumben a toda una nación o comunidad se
realizan en secreto de acuerdo a los intereses de una minoría de poderosos
mercaderes. Las leyes que deberían favorecer a los más necesitados son leyes
que le ponen la soga al cuello y brindan más opulencia a los que más tienen.
Siglos de “democracia” (mejor llamada plutocracia) y “respública” (todo es de
todos), y la injusticia sigue presente, el Estado y las clases ricas dirigentes
son un solo cuerpo político que beneficia a una minoría en detrimento de la
mayoría. En el orden supuestamente democrático cada día crece más el nivel de
pobreza, marginación, exclusión y desigualdad, cada día crece más la
corrupción, saqueo con el amparo de la ley, explotación, paro, desempleo y la
consecuente furia popular.
1.2 Nihilismo político y la negación de los sistemas de dominación.-
Desde esta perspectiva política en la que el Estado y la plutocracia mantienen
el orden actual, vemos como el mundo poco a poco se dirige a una inestabilidad
generalizada y hacia un estado de caos y zozobra. En una tensión crítica se
encuentra la realidad social, pues la negación y desconfianza a toda ideología
política, religiosa y social, es el síntoma del nihilismo de nuestros días en
los que el desencanto y la decepción se esparcen en la sociedad. En uno de los
aforismos de los Silogismos de la Amargura Cioran recalca el destino en el que
se ha encaminado la civilización humana “…galopamos hacia horizontes de
apoplejía, hacia la era de oro del Espanto” , la desconfianza a los valores
establecidos da un salto magnánimo hacia la posibilidad de lo imposible, la
negación de “verdades” y de “realidades impuestas” va de la mano con la
creación de nuevas formas de vida y de pensar la realidad.
Por ello el anarco-nihilismo puede ser la reconstrucción desde la destrucción,
no pretende ser una ideología que aglutine y moldee la actividad revolucionaria
subversiva para instaurar un nuevo orden, no pretende ni siquiera ser una
ideología vista como un conjunto de ideas que forman un paradigma político o
social. Pues la verdadera revuelta y emancipación de la humanidad esclavizada
es espontánea e instintiva y no dogmatizada por ninguna ideología impuesta,
ninguna autoridad, ningún patriotismo, ni ningún líder. Los pueblos que sufren
la injusticia son impulsados hacia la acción por un instinto de liberación, ya
que cada individuo, como órgano y célula es una sola conciencia y una pieza
fundamental en la conciencia colectiva para combatir la esclavitud que se
encuentra toda la humanidad.
En los Escritos de Filosofía Política Bakunin nos dice:
Cada punto actúa sobre el todo y el todo actúa sobre cada punto…todos los seres
que constituyen la totalidad indefinida del universo efectúan una acción y
reacción perpetuas .
La lucha por la libertad de todos es un proceso que se realiza por todos, la
libertad de los individuos no es un hecho individual, es un hecho colectivo,
por lo tanto político. Bakunin no podía considerar la libertad del individuo
sin la libertad de la colectividad, mientras más profunda y amplia es la
libertad de mi prójimo, más grande será mi propia libertad. Ser auténticamente
libre es reconocer la libertad del otro, la libertad no termina cuando empieza
la del otro sino que la fortifica y se hacen complementarias. Cuando la
dignidad, el mutuo respeto y la tolerancia sean practicados por todos, entonces
la libertad se vuelve algo concreto y vital y no una abstracción que se
encuentra en las constituciones y en las leyes. La libertad será siempre negada
mientras exista una autoridad que se encuentre (abstractamente) por encima de
cualquier individuo en una posición de poder, ya que niega la autonomía del
individuo.
Verificamos entonces que la civilización estratificada y jerarquizada en la que
estamos insertados anula la posibilidad de una auténtica libertad, la forma
piramidal en la que está constituida la sociedad debe ser abolida por una
reorganización de los pueblos desde abajo hacia arriba, desde una participación
colectiva y no desde una falsa representatividad. El anarco-nihilismo niega
rotundamente la “democracia representativa” y cualquier otro tipo de gobierno,
puesto que no puede admitir que exista una cabeza o jefe dentro de cualquier
organización, sino que sean todas las opiniones las que cuenten para cualquier
decisión. Es por eso que no puede admitir el concepto abstracto de
Estado-nación porque implica una sujeción a dogmas establecidos de ante mano
(patriotismo, respeto a la constitución, representatividad, civismo, etc.) con
la consecuente domesticación y masificación del ser humano, anulando su
soberanía propia como individuo único e irrepetible en un universo infinito.
La esclavitud del pensamiento tiene sus bases en aquellos valores impuestos que
crearon “realidades” que se adapten al proyecto de la sociedad capitalista para
aglutinar y moldear a las masas bajo un solo modelo. Se establecieron una serie
de fábulas y ficciones para mantener dormida y manipulada a la sociedad
masificada, haciéndola creer en una libertad y en un bienestar ficticio, cuando
detrás de los eventos históricos, políticos y sociales se estaba planeando su
esclavitud de ante mano. La negación al orden político, social y mental que
impera actualmente en este nuevo orden mundial es el pilar del
anarco-nihilismo.
1.3 Poder económico-político y anulación de la libertad.-
Por ejemplo, el espíritu de competencia es un paradigma mental que se ha
arraigado en la conciencia colectiva de los pueblos que siguen el modelo
capitalista de la economía política. Tal paradigma de la ley del más fuerte es
una construcción ideológica que fue “pensada” desde los centros académicos
hasta las grandes estructuras sociales y ahora esparcida por el mundo gracias a
su “occidentalización” o “globalización”. Al mismo tiempo que la
industrialización y la tecnología llegan a su apogeo con el triunfo de la
democracia burguesa y sus valores liberales que exaltan el liberalismo
egocéntrico, los nuevos paradigmas de comportamiento económico y político se
asientan en la conciencia colectiva destruyendo los valores de la condición
humana como la solidaridad, cooperativismo, mutualismo, autoorganización,
autarquía, que fueron reemplazados por los de competencia, egoísmo, clasicismo,
racismo. El comportamiento humano y su forma de pensar están condicionados por
los paradigmas mentales, sociales y políticos que sostienen a la sociedad en la
que vive, el anarco-nihilismo reconoce aquellos pseudo-valores que moldean y
masifican al individuo irrepetible y lo denuncia como una forma de combatir
contra aquello que coarte su libertad. Bakunin escribe:
La solidaridad social es la primera ley humana; la libertad es la segunda.
Ambas leyes se interpenetran y, siendo inseparables, constituyen la esencia de
la humanidad. En consecuencia, la libertad no es la negación de la solidaridad;
al contrario, representa el desarrollo y, por así decirlo, la humanización de
esta última…de este modo el respeto por la libertad de otro constituye el deber
más alto del hombre.
El capitalismo impulsa la competencia y la reducción del otro como cosa y como
enemigo contra el cual hay que competir y ganarle, el sentido de solidaridad
queda anulado y el egoísmo triunfa como único pilar y valor que sostienen a la
comunidad humana. La discordia y la falta de solidaridad enajenan al ser humano
de su propia naturaleza que bien podría ser de convivencia pacífica y
cooperativa, pero destruye su capacidad para actuar de acuerdo al interés general,
volviéndolo más solitario y egocéntrico e individualista.
La tierra y la naturaleza nos han brindado todos los frutos para que podamos
vivir en armonía con ella, la posibilidad de la libertad colectiva es el
disfrute colectivo de todos los bienes sin que nadie carezca de nada. Pero el
ser humano ha construido un sistema injusto y esclavizante en el que no puede
vivir plenamente, ha desperdiciado la oportunidad de armonizar con la tierra al
sentirse superior a ella y superior a lo otro. Bajo esta ilusión de
superioridad, este quiebre psicológico por el poder, se construyeron varios
sistemas de pensamiento en los que el hombre es el centro del universo y por lo
tanto con derecho a explotar a las otras criaturas de esta tierra a discreción,
eliminando la libertad de otro y con ello la anulación de su propia libertad.
1.4 Anti-autoritarismo y desobediencia.-
El conflicto psicológico del complejo de superioridad es una de las bases por
las cuales el ser humano se ha sentido con poder y dominio sobre sí mismo,
sobre los demás y sobre la naturaleza. Bakunin escribe:
Pero es necesario distinguir las leyes naturales de las leyes autoritarias,
arbitrarias, políticas, religiosas y civiles creadas por las clases
privilegiadas a lo largo de la historia para permitir la explotación del
trabajo de las masas, y siempre con la única meta de esclavizarlas. Estas
leyes, nacidas de una moralidad ficticia, han sido siempre fuente de la
inmoralidad más profunda .
Hay una necesidad de subversión en el pensamiento social de Bakunin, la
rebelión de la humanidad oprimida es un acto indispensable para la liberación y
así vivir dignamente sin ningún barrote que lo esclavice, sin ningún poder ni
ninguna autoridad que esté por encima de él. Pelear por la dignidad y la
libertad de los seres humanos es un acto de la condición humana, de allí que la
historia sea una constante de guerras y revoluciones para que el humano se
libere de sus opresores que pretenden esclavizarlo y dominarlo.
Vivir bajo el yugo de cualquier autoridad o cualquier poder es anular la
autonomía del propio humano único e irrepetible. Obedecer representa el candado
que cierra nuestra personalidad libre y singular, pues nadie se encuentra por
encima de nadie bajo ningún aspecto, nadie tiene derecho a mandar u obedecer,
nadie es superior a nadie ni por raza, religión o clase. Cada cual tiene el
derecho de ejercer plenamente su propia voluntad sin ninguna coerción u
obligación, siempre y cuando respete al otro y a su comunidad, sin la opresión
de adherirse a un modelo de vida “impuesto” a la fuerza. Esto puede traducirse
a un nivel socio-histórico: durante la historia humana, varios imperios han
pretendido “conquistar el mundo” e imponer su modelo de vida y de civilización
por la fuerza y la coerción, donde miles de pueblos han tenido que resistir la
guerra y defender hasta con su propia muerte su inviolable autonomía. La
historia en los últimos seis mil años muestra la constante de masacre y muerte
por la imposición de un modelo de vida y por la sed de poder, dominación y
autoritarismo, especialmente en los últimos cinco siglos en los que el imperio
occidental ha instaurado su modelo de civilización gracias a la colonización
que ha arruinado miles de culturas diferentes.
Por ejemplo, recientemente, en 1992 varias personas de la tribu de la amazonía
del Brasil llamada “Kaiowas”, cometió suicidio en masa como resistencia y
protesta al ingreso de la civilización a través de las corporaciones
transnacionales de petróleo, quienes querían “obligar” a los nativos a aceptar
las condiciones del Estado brasileño y de las corporaciones y a adaptarse al
nuevo modelo de “cultura superior” que explota “racionalmente” a la naturaleza.
Al sentirse acorralados, entre entregar su libertad y su vida prefirieron la
muerte, pues si destruían la selva destruían en sí su propia cultura y su
propia vida, por lo que adelantaron el proceso de muerte como protesta contra
esta “civilización”. Lo espeluznante se mezcla con la indignación y la
frustración, sin embargo, el heroísmo por la dignidad y la autonomía de la vida
se simboliza con aquel acto de independencia y libertad aunque haya costado la
muerte.
De igual forma existen millones de inconformes con el actual modelo de
“civilización” que rinde pleitesía a los poderosos grupos económicos que sostienen
la forma piramidal del sistema en donde una minoría esclaviza a la mayoría
masificada a través del consumismo y la manipulación mental ejercida por la
cultura industrial de masas y en donde cada cual representa un número más en el
mercado de personas. El anarco-nihilismo es la negación al orden de esclavitud
implantado por el “capitalismo” y es la infinita posibilidad en potencia de una
visión más amplia de la realidad, sin dogmas y sin axiomas morales que moldean
los comportamientos desde el exterior. Desobedecer y transgredir son fuerzas
que poco a poco abren las fisuras al orden establecido para la liberación hacia
una auténtica realización de la humanidad, desde la desobediencia directa, la
resistencia y la constante insurrección. Desde esta perspectiva el
anarco-nihilismo puede ser la filosofía política que acelera los grandes
cambios históricos socio-políticos hacia una legítima liberación.
Capítulo II: Anarco-nihilismo en el Nuevo orden Mundial
2.1 Formación de un Estado global.-
Después de siglos de conquistas del imperialismo “occidental” en todos los
ámbitos humanos (filosófico, político, cultural, social y económico) se ha
formado actualmente en el mundo una idea abstracta llamada “globalización” que
bien podría reemplazarse con la de “occidentalización del mundo”. La moderna
tecnología, los medios de comunicación y la dictadura del mercado se han
encargado en diseñar, bajo modelos paradigmáticos de pensamiento, una “aldea
global”, o más concretamente un Imperio Mundial, dirigido por las fuerzas
económicas y militares más poderosas del planeta. Organismos internacionales
como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, la Organización
Mundial de Comercio, la Organización de Naciones Unidas, La Alianza Atlántica,
la UNESCO, son poderosísimas instituciones que juegan el papel de una
burocracia global que se encarga de mantener el orden neo-liberal capitalista o
nuevo orden mundial. Son agentes y aliados de las privadas corporaciones
multinacionales y se encargan de establecer las leyes económicas, políticas y
financieras para el beneficio de la corporativa plutocracia mundial.
Los Estados-nación, pequeñas provincias o departamentos del Estado-Global,
están sometidos a las políticas económicas de estos organismos internacionales
creadas por las grandes potencias. En el interior de cada país, una minoría que
detenta el poder económico-político son instrumentos de las fuerzas económicas
mundiales y ejercen el poder de acuerdo al sistema neo-liberal impuesto, junto
al apoyo de los ejércitos nacionales y extranjeros que custodian el orden a la
fuerza. Un Nuevo Orden Mundial económico y político está estableciéndose en el
planeta donde la pobreza de miles de millones de personas es causada por la
inhumana deuda externa, y la corrupción y desidia de los gobiernos, impulsados
por los mismos agentes transnacionales. Cioran decía en su libro Historia y
utopía: “La sociedad burguesa es, en realidad, la quintaesencia de la
injusticia...” . Las guerras, que benefician a los mercaderes de armas y que
fortalecen las estrategias geopolíticas de dominación mundial, son piezas
importantísimas de un ajedrez geopolítico para el establecimiento y concreción
del Imperio Mundial. La inmensa maquinaria de propaganda y de inserción de
ideología para la conservación del orden capitalista es también imprescindible
para que el modelo de civilización y sus pilares se mantengan firmes desde una
manipulación ontológica y política a través del totalitarismo del Estado
Global.
2.2 Totalitarismo psicológico, social, político y militar.-
El anarco-nihilismo, como agente de revuelta y subversión, desmantela las bases
del
status-quo, atacando a los sistemas axiológicos y epistémicos-psicológicos que
sostienen el paradigma y la ideología imperante del orden establecido: el
paradigma de la competitividad, el darwinismo neo-liberal, el consumismo
compulsivo, el instinto perturbado por un exceso de materialismo e
individualidad insana. A través de la duda radical y la negación frontal a todo
lo que sostiene este orden, el anarco-nihilismo reconoce que los poderosos han
manipulado “la verdad”, han falsificado la historia y han esclavizado a la
humanidad en su propio beneficio. De allí la importancia de expandir la toma de
conciencia de la esclavitud y el servilismo a esta maquinaria social en la que
se ha sometido la humanidad, pues solo desde la desintoxicación del
adoctrinamiento impuesto es posible la superación de los límites mentales y
crear una forma propia y auténtica de discernir la realidad y el modo propio de
vivir la vida. Para explicar la urgencia de tomar conciencia de esta situación,
Bakunin retoma la sociabilidad del individuo en conflicto con su
individualidad:
Vuestra personalidad más íntima, la conciencia que tenéis de vosotros mismos en
vuestro fuero interno, no es en cierto modo más que el reflejo de vuestra
propia imagen, repercutida y enviada de nuevo como por otros tantos espejos de
la conciencia, tanto colectiva como individual, de todos los seres humanos que
componen vuestro mundo social. Cada hombre que conocéis y con el cual halláis
en relaciones, sean directas o indirectas, determina más o menos vuestro ser
más íntimo, contribuye a haceros lo que sois, a constituir vuestra
personalidad. Por consiguiente, si estáis rodeado de esclavos, aunque seáis su
amo, no dejáis de ser un esclavo, pues la conciencia de los esclavos no puede
enviaros sino vuestra imagen envilecida.
En cada contacto con otro ser humano vamos construyendo nuestra propia
personalidad y realidad. Si la conciencia colectiva está afectada por un
sentimiento de encierro y esclavitud, el individuo reproducirá ese sentimiento
en toda su conducta. El totalitarismo y la imposición de un modelo homogéneo de
civilización en la sociedad actual, va modelando la conciencia colectiva
produciéndose conflictos epistémicos y ontológicos en el centro mismo de la
persona que resiste la masificación y que lucha por su propia libertad y su
propia individualidad.
Valores como el materialismo consumista, el dinero, la propiedad privada, la
democracia ficticia, la competencia desencarnada, el patriotismo ciego, la
satisfacción de deseos superfluos e innecesarios, se han ido formando desde una
axiología decadente que rinde pleitesía al poder del capital y a la maquinaria
de esclavitud social. Las conciencias se van adecuando a los paradigmas
vigentes y la disidencia queda amortiguada, pero el descontento y la
insatisfacción quedan latentes. El profundo significado de las relaciones
humanas se está deteriorando al nivel en que se ha convertido todo en intercambio
mercantil, la persona empieza a valer por lo que tiene y no por lo que es. Se
cosifica a la persona como si fuera valor de uso e intercambio, y su energía
vital es usufructuada para el beneplácito de aquellos que detentan el poder. La
persona queda reducida al estado de instrumento, perdiendo su soberanía y
libertad. La cultura industrial de masas y la sociedad de consumo van
distribuyendo las formas de ser de los individuos, las personalidades se van
moldeando de acuerdo a la oferta de mercado cultural que más le beneficie a su
inserción social. La manipulación del pensamiento es canalizada muy bien por la
industria del entretenimiento y los medios de comunicación, que deben de
cualquier forma mantener apaciguadas y amortiguadas las conciencias masificadas.
Las herramientas doctrinarias y mediáticas del orden establecido son impulsadas
por los grupos de poder para eliminar cualquier foco de subversión y de
disidencia, y para moldear las conductas colectivas. La moderna tecnología,
hija del industrialismo y del positivismo científico, es utilizada para
construir una nueva sociedad controlada, observada, vigilada y espiada por
modernos aparatos que van moldeando conductas en una realidad virtual, desde el
cine de “político entretenimiento” como Hollywood, hasta la propaganda masiva
de manipulación de deseos propia de la sociedad de consumo. Como si “progreso”
fuera control, manipulación y obediencia a un sistema corrompido de raíz.
2.3 El pensamiento anarco-nihilista como resistencia.-
El anarco-nihilismo niega cualquier valor inculcado por la civilización
capitalista, aboga por una legítima resistencia cultural, la desobediencia
civil, la revuelta no violenta, el sabotaje artístico, la acción simbólica que
despierte conciencias, el boicot espiritual, etc. Estrategias de subversión y
confrontación directa que abran fisuras reales al sistema a través del
“despertar” de una conciencia propia y no manipulada por los agentes del poder.
¿Cómo reconocer entonces que la “realidad” o el modo de captar la “realidad” no
se encuentra de ante mano pre-fabricada por un adoctrinamiento ejercido a
nuestra vida desde la infancia? ¿Cómo podremos saber que lo que consideramos
verdad no es más que una invención de unos cuantos manipuladores que detentan
el poder?
El pensamiento es un torbellino de imágenes, palabras, de sensaciones mentales,
que no responden a un patrón definido o establecido de ante mano. El dogma
impuesto es la limitación del pensamiento y una creencia ya inyectada en el
espíritu desde la educación y el adoctrinamiento. Los paradigmas que sostienen
el orden son herramientas para que el torbellino del pensamiento no se desboque
en lo indefinido, lo imposible e infinito. Es por eso que las ideas más
influyentes que sostienen a la sociedad masificada son aquellas que no
representan una amenaza ni un peligro, son aquellas ideas que convierten al ser
humano en un ser servil que no puede pensar ni actuar auténticamente por sí
mismo.
Ciorán, convencido solo de su propio desencanto y vacío, y sabiendo que no hay
ninguna “verdad”, intenta el desafío del pensamiento para un filósofo: borrar y
anular la mente y toda la ideología impuesta para enfrentar el vacío radical.
Desde la nada, el pensamiento empieza renovado, todo parásito intruso del
pensamiento y del espíritu se elimina y una nueva percepción es posible. Desde
una mística de la Nada, Ciorán resiste contra toda posible manifestación
ficticia o falaz del pensamiento. En su libro “El Ocaso del Pensamiento” Cioran
escribe:
En la pasión del vacío sólo la sonrisa gris de la niebla anima todavía la
imponente y fúnebre descomposición del pensamiento. ¿Dónde estáis, crueles y
engañosas nieblas, que no os volcáis todavía sobre una mente toda cubierta de
telarañas? ¡En vosotras quisiera desgarrar mi amargura y esconder un miedo
mayor que el crepúsculo de vuestra marcha flotante! ¡Qué aquilón está colándose
en mi sangre!
En una época en que se han perdido ya los fines y donde la sociedad ha dañado
las esperanzas de los hombres, la pasión por el vacío es la resistencia espiritual
que ennoblece nuevamente a un espíritu desesperado. Abrazar el océano de lo
indefinido para deshacerse de cualquier inauténtico pensamiento que no permita
que alcancemos los límites de lo imposible, alcanzar la superación de todo lo
determinante en lo humano y emprender un sendero que podamos alcanzar una real
liberación, estas son posturas que definen el anarco-nihilismo.
El nihilismo es menos político que el anarquismo pero es más subversivo y
peligroso para el status quo, ya que representa la anulación de toda ideología
y conciencia que colabore con la maquinaria social. Pues cuando el absurdo en
la vida muestra que nada tiene sentido ni significado, entonces el tiempo queda
anulado, no hay ni el remordimiento del pasado ni la preocupación por el
futuro, los conceptos de responsabilidad, moralidad, utilitarismo, progreso,
desarrollo, quedan aniquilados en el océano negro del no-saber. Inclusive
cualquier concepto queda anulado para que la realidad cambiante presente un
mundo infinito de posibilidades. Ningún dogma ni paradigma quedan en pie y es
cuando se puede transformar, desde la esencia, el devenir de todas las cosas.
Cuando ya no quede ni ideologías ni dogmas con la cual sostengamos nuestra
existencia, entonces la existencia se mantendrá siempre al borde del abismo de
lo desconocido, sin nada certero, sintiendo sólo el vértigo de caer en el
infinito misterio. Ninguna autoridad intelectual ni moral podría entonces
ejercer ningún poder sobre nadie, ya que se reconoce que toda “verdad” no es
más que una salida desesperada de la nada absoluta del no-saber y de lo
desconocido que nos envuelve como la oscuridad. Toda verdad tendría en sí la
mancha del error y el miedo porque no existe verdad que anule el misterio de la
existencia, por lo tanto confiar o creer en algo sería caer en un error. No se
podrá entonces jamás entregar a cualquier servilismo del espíritu asumiendo
como verdadero cualquier dogma o ideología impuestos, se negaría de esta forma
toda autoridad y todo tipo de opresión que no permita liberarse de las propias
cadenas y de emprender una propia búsqueda.
En esta reconciliación entre el anarquismo y el nihilismo se encuentra la
resistencia espiritual y política que pueda contrarrestar la homogeneización
totalitaria del modelo actual de civilización.
2.4 Civilización tecnológica, desnaturalización y tecnocracia.-
¿Pero cómo el modelo de civilización en el que estamos insertados ha construido
una forma de vida en el que constantemente estamos vigilados y controlados? La
tecnología moderna, a través del dogma del “progreso” y del “desarrollo”, ha
colaborado a que se masifique a la sociedad bajo una estructura de control y
vigilancia. Gracias al auge del positivismo científico en el paradigma de
occidente, la tecnología aceleró el proceso de dominación que la modernidad
llamaba “progreso”, en el que el poder sobre la naturaleza alcanzó un nivel de
descontrol que puede traducirse en varias catástrofes provocadas por el
“avance” de la técnica (Chernobil, Hiroshima, el calentamiento global, la contaminación
del aire, etc). Ahora, que las ciudades se hacen cada vez más grandes, la
tecnología se ha encargado de masificar a la sociedad gracias a una cultura de
masas y a un modelo de vida en la que la misma tecnología se vuelve
indispensable (parece que en las sociedades “occidentales” el teléfono celular
y el computador personal se han convertido en órganos del cuerpo humano). Las
sociedades hiper-comunicadas son hiper-controladas, una nueva forma de control
social se instauró gracias a la tecnología: la comunicación que adoctrina y
moldea conductas. Desde que existen televisores el bombardeo de adoctrinamiento
se instaló en los hogares, las imágenes con audio proyectadas para modelar las
conciencias son el medio más eficaz, psicológicamente, en la construcción de
conductas. Ahora, hasta en los países pobres, no falta una televisión en cada
hogar, y a los privilegiados de la clase media no les puede faltar un
computador con servicio de Internet conectado a un sistema de satélites
monitoreado y vigilado.
Vemos así que el orden capitalista se ha fortalecido a través de lo que la
modernidad ha llamado “progreso” y “revolución industrial y tecnológica”, pues
el industrialismo fue impulsado por las clases dirigentes burguesas en su afán
de explotación de la energía humana para su provecho, la primera máquina a
vapor fue construida para explotar al máximo el trabajo humano. Las bases que
fundamentaron este cambio social son las ideas filosóficas de la “modernidad”
como el “progreso”, la visión lineal del tiempo, la evolución, el supuesto
desarrollo humano, entre otras falacias que diseñaron el mundo como lo
conocemos ahora. Pues la tecnología moderna ha sido usada como la herramienta
más eficaz para la domesticación y fabricación de conductas y conciencias, además
de producir veneno no solamente para la mente sino también para la naturaleza,
en forma de miles de toneladas de desechos industriales.
Nuestra relación con la naturaleza se ha ido deteriorando sin medida: millones
de hectáreas de bosque son taladas diariamente, la explotación petrolera y sus
productos están destruyendo la atmósfera, todos los días toneladas de desechos
tóxicos son arrojadas a los océanos sin que ningún gobierno, sociedad o empresa
privada se responsabilice de la destrucción provocada, el calentamiento global
está derritiendo los polos aumentando el nivel del mar, experimentos genéticos
con la vida crean mutágenos en laboratorios provocando el peligroso
desequilibrio de la naturaleza, alimentos manipulados genéticamente se consumen
sin poder predecir efectos secundarios, nuevas armas de destrucción masiva con
“tecnología más sofisticada” son inventadas diariamente. El Nuevo Orden
Mundial, o globalización, se ha convertido en sinónimo de autodestrucción, ya
que la desnaturalización de la forma de vida humana ha provocado daños
irreversibles no solamente para la generación actual sino también para los que
vendrán. Ciorán, en su desencanto y desesperación, ve el futuro no muy
prometedor, en otro de sus “Silogismos de la Amargura” en tono profético
recalca:
En el futuro, si la humanidad comenzara de nuevo, lo hará de sus desechos, con
la basura de todas partes, con la morralla de los continentes; aparecerá una
civilización caricaturesca, a la cual quienes produjeron la verdadera asistirán
impotentes, humillados, postrados, para acabar refugiándose en la idiotez,
donde olvidarán el esplendor de sus desastres .
Nuestra civilización que se jacta de democrática, justa y libre no solamente
representa el desastre que se está cometiendo contra toda la humanidad y contra
el planeta, sino que también es la cúspide de una historia llena de masacres,
guerras e injusticias. Y ahora, en un estado crítico, grave y emergente, la
humanidad recién está empezando a reflexionar sobre el sentido que tiene lo que
llamamos “progreso”, “evolución”, “desarrollo” y si la civilización que hemos
construido nos está llevando a un “bienestar general”. Recién cuestionamos si
realmente somos libres con el modo de vida que llevamos, cuando tres cuartas
partes de la humanidad viven en la pobreza y en la miseria mientras que unas
cuantas familias y corporaciones detentan todas las riquezas. ¿Cómo podemos
llamar “progreso” a una civilización esclavizante y enajenante en la que los
más pobres viven una guerra por sobrevivir mientras los gobiernos compran
modernas armas para la guerra por el poder? Hemos topado fondo, ya no se puede
llegar más bajo, ya no hay dignidad, poco a poco se van hundiendo en el pantano
los sueños de una libre humanidad. Ciorán considera que esa liberación sigue
siendo la fábula más decepcionante de la historia:
¿La “liberación” del hombre?- Llegará el día en que, desembarazado de su manía
finalista, haya comprendido el accidente de su aparición y la gratuidad de sus
infortunios, el día en que todos agitemos como atormentados saltarines y
doctos, y en que, incluso para el populacho, la “vida” se reduzca a una
hipótesis de trabajo .
2.5 Nihilismo filosófico y socio-político.-
En el funeral de las ideologías, “occidente” se ha resbalado por el pantano del
vacío, el descontento ha corroído el alma colectiva. Con el pesimismo nihilista
exacerbado de Shopenhauer y superado por Nietzsche, continuado por los
existencialistas como Sartre, Junger, Camus, hasta llegar al nihilismo místico
de Ciorán y Bataille, la filosofía racionalista instrumental da así sus últimos
respiros, el camino para lo irracional está abierto, para lo desconocido e
incierto, se ha vuelto obsoleta la metafísica. Con toda finalidad y
utilitarismo desaparecidos, las palabras “dios”, “verdad”, “ser”, “progreso”
pierden toda su supremacía en el edificio de jerarquías del pensamiento, la
desconfianza obstinada a todo valor y a toda verdad establecida es la línea
directriz de la filosofía contemporánea, ante el fracaso de la modernidad, se
ha dado espacio a que “lo otro”, “lo no-conocido”, el “no-saber”, la “nada”,
vuelvan a centrarse en la inquietud filosófica (como lo hiciera la arcaica
humanidad que sostenía su existencia gracias al misterio y a los mitos). La
razón se ha convertido así en un fantasma más en la psiquis humana, las
limitaciones racionales se han quebrado por la posibilidad infinita de la
irracionalidad y el misterio, pues el nihilismo no es solamente la destrucción
de toda ideología racional impuesta, sino también la llave de las infinitas
posibilidades de nuevos pensamientos, conductas, formas de vida, culturas etc.
Ciorán en una bella exclamación de su libro El Ocaso del Pensamiento dice: “¡La
vida me parece tan extraña desde que ya no le pertenezco!” .
Escudriñar en lo imposible más allá de la vida y de la muerte, recorrer el
laberinto del misterio y caer en las fauces de un vertiginoso abismo
desconocido, dar la cara a la Nada y sentir en lo más profundo que en todo
verdadero conocimiento hay una mezcla de pavor y de placer, ese es el sendero
de la humanidad que ha encontrado en el sin sentido un sentido. Ahora que no
hay ni verdades ni morales absolutas, las mentiras que sostienen como inmensos
y frágiles pilares a esta civilización parece que se desplomarían con un soplo.
Millones de seres humanos están despertándose de aquel “sueño dogmático” de
aceptar ciegamente la “verdad” que favorece a los grupos de poder, y entonces
el desmoronamiento de la civilización no será una abstracción estudiada en los
centros académicos sino algo verdaderamente físico. En los países donde la
pobreza y la guerra son epidemias endémicas, el descontento popular y la
supuesta “ingobernabilidad” son preocupaciones para los grupos de poder que
todavía quieren mantener el orden establecido, de allí los planes de la
ultra-derecha conservadora de seguridad armada junto con severas políticas de
represión y terrorismo de Estado.
El fanatismo religioso y político es también un síntoma del nihilismo de la
decadencia espiritual y económica de los pueblos, quienes en una “guerra santa”
buscan su “salvación” y liberación, al encontrarse en situaciones de extrema
injusticia, inequidad e indignidad. De igual forma, los poderosos banqueros,
financistas, comerciantes, dueños de las corporaciones multinacionales junto
con las élites militares, hombres de Estado y otros plutócratas, también se
acoplan al fanatismo político-religioso, a través de un extremista pensamiento
conservador belicoso y una supuesta misión divina de su único Dios (George W.
Bush habla en sus discursos sobre que él mismo es “escogido por Dios” y sobre
la misión divina de los EE.UU para “el bien del mundo y la lucha contra el
mal”).
Da la impresión de que el mundo de hoy se está hundiendo como el Titanic hacia
el fondo de un océano de confusión, que la convivencia entre humanos es
insostenible y que vivimos una guerra de unos contra otros. La duda radical nos
vuelve ansiosos, porque no hay piso firme en la que uno pueda asentar su vida,
sin convicciones concretas y sin creencias, dejamos que el escepticismo se
adueñe de nuestras conciencias engañadas y traicionadas. Ciorán dice:
El escepticismo imparte demasiado tarde sus bendiciones sobre nosotros, sobre
nuestros rostros deteriorados por las convicciones, sobre nuestros rostros de
hienas idealistas…la ansiedad—o el fanatismo de lo peor.
Dejando a un lado cualquier “verdad” y olvidando todo, el ser humano vaga en el
laberinto de los relativismos, cayendo en el sin sentido toma la postura
filosófica que más le convenga y experimenta la fragilidad de todas las cosas
porque sin la “mentira” todo colapsaría. En la política esto se traduce como el
desorden ordenado, el caos controlado, el doble discurso, la doble moral, “la
guerra necesaria para la paz” etc. No existe el diálogo, porque siempre habrá un
discurso dominante mientras el orden establecido se mantenga jerarquizado,
cuando los grupos de poder se adueñan de cualquier “verdad” inventada desde la
lógica de la dominación y la toman como paradigma irremplazable, se expande en
las conciencias la manipulación y asumen el dogma como si fuera la única
“verdad”. Estas creencias son el pilar de cualquier sociedad. El capitalismo no
subsistiría sin el dogma de la competitividad basado en el dogma de la
evolución y de la selección natural, aplicado a lo social como la ley del más
fuerte, tampoco sin el dogma religioso de un tiempo lineal donde hay una
creación y un final por lo tanto un “progreso” y una “parusía”. El capitalismo
colapsaría sin la creencia en la propiedad privada basada en la mezquindad del
espíritu por “adueñarse” de un pedazo de tierra, de igual forma colapsaría sin
la creencia en un Yo individualista y egoísta que solo vela por sí mismo y para
quien el Otro resulta una competencia, una amenaza, un enemigo. El orden
colapsaría si dejáramos de valorar el dinero y el oro que mantienen los
banqueros en sus cajas fuertes como si fueran algo sagrado.
¿Si elimináramos estos dogmas y estas creencias que sostienen el orden
establecido, qué quedaría de lo que conocemos como civilización capitalista? En
los cuatro puntos cardinales del planeta se encuentran bases militares de los
EE.UU velando para que el Nuevo Orden Mundial se mantenga firme reprimiendo
cualquier amenaza, pues las guerras en Medio Oriente (Irak, Afganistán,
Palestina) mantienen a los transportes y a las industrias de occidente en
movimiento gracias al control del petróleo. La brecha entre ricos y pobres se
abre cada vez más con el inminente colapso social y millones de seres humanos
masificados viven hacinados en inmensas moles de cemento llamados ciudad con el
alma contaminada de mentiras y doctrinas, el pensamiento es como un cristal
delicado que puede ser quebrado sino se le tiene cuidado.
¿Cuál sería entonces la postura ideológica acertada y el comportamiento
político auténtico si reconocemos que todas las creencias que tenemos ahora no
son más que doctrinas usadas por el sistema para moldearnos de acuerdo a sus
intereses? ¿Qué significa ser de “izquierda” o de “derecha”, si en cada
ideología hay un elemento dogmático para su eficacia política de dominación que
al final terminan siempre en fanatismos nefastos como los de Hitler o de
Stalin? El mundo se cae a pedazos y ninguna ideología es confiable, el
anarco-nihilismo es una postura de resistencia y liberación, es una postura de
vida más que una ideología abstracta, no tiene ninguna creencia pero en su
desesperación es el instinto de la naturaleza propio del ser humano por
liberarse de toda cadena que no le permite realizarse en su totalidad. ¿Pero
cual es el instinto natural del ser humano por liberarse? ¿Es propio de su
animalidad o de su espiritualidad, o producto de los dos?, ¿Podríamos hablar de
leyes naturales de liberación propias del ser humano? Bakunin en sus Escritos
de Filosofía y Política escribe:
¿Qué es libertad? ¿Qué es esclavitud? ¿Consiste la libertad del hombre una
rebelión contra todas las leyes? Diremos No, en tanto esas leyes sean
naturales, económicas y sociales; no impuestas autoritariamente, sino
inmanentes a las cosas, a las relaciones y las situaciones cuyo desarrollo
natural es expresado por esas leyes. Diremos que Sí cuando son leyes políticas
y jurídicas, impuestas por el hombre sobre el hombre: sea violentamente por el
derecho de la fuerza; sea por el engaño y la hipocresía, en nombre de la
religión o de cualquier doctrina; o, finalmente, por la fuerza de la ficción,
de la mentira democrática llamada sufragio universal.
El hombre en sí sería naturalmente libre si sigue las leyes de la naturaleza,
¿pero cuáles serían las leyes de la naturaleza? ¿No sería, acaso, el respeto
hacia la misma naturaleza y hacia el otro ser humano como elemento de la
naturaleza? ¿No sería lo más natural para el ser humano vivir en armonía con la
naturaleza y con lo otro, el otro y la otra sin sentirse superior ni inferior,
no sería que todos los seres humanos vivan una vida digna sin desigualdades
económicas ni sociales en las que cada cual se pueda desarrollar de acuerdo a
todas sus capacidades naturales, físicas y mentales, y disfrutar de todos los
bienes de la tierra?
Desde la antropología se ha demostrado que el ser humano que se encuentra en
armonía con la naturaleza se siente más libre y equilibrado emocional y
mentalmente que el ser humano que ha perdido el contacto con la naturaleza,
sintiéndose enajenado y angustiado, propio del síntoma de la civilización
moderna. “Volver a la naturaleza” es una emergencia para reestablecer una
orientación a la especie humana sin que siga destruyendo su entorno, despertar
la conciencia de que somos una sola unidad con el planeta y que destruyéndolo
cometemos un suicidio colectivo. “Volver a la naturaleza”, no en el sentido del
“buen salvaje” rousseauniano, sino como una simbiosis de la vida humana con la
naturaleza que le rodea, es reencontrarnos a nosotros mismos como animales
naturales con su instinto libre, el cuerpo en armonía con la mente y en donde
sintamos honestamente libertad de crear y de vivir sin represiones mentales ni
sociales, sin preocupación por el futuro o remordimientos por el pasado, donde
vivamos el “eterno presente” en su plenitud sin la carga de las obligaciones o
el deber moral.
Cuando el anarquismo propone la aniquilación del Estado es porque la idea del
poder no es algo natural y ha reconocido que es una invención de un hombre para
legitimar la dominación sobre otro hombre, algo artificial, lo cual contradice
la ley natural de soberanía y autarquía de cada individuo libre en una sociedad
libre, Bakunin recalca:
El colmo de la equivocación se encuentra en quienes ignoran la ley natural y
social de la solidaridad humana hasta el extremo de imaginar que la
independencia mutua absoluta de los individuos o de las masas es posible o
deseable. Desear esto es la aniquilación misma de la sociedad, porque la vida
social es simplemente esa dependencia mutua de los individuos y de las masas.
Todos los individuos, incluso los más fuertes e inteligentes, son en cada
instante de sus vidas productores y producto a la vez de la voluntad y la
acción de las masas.
Una sociedad en la que cada individuo se sienta un elemento fundamental en las
prácticas sociales y políticas, y en donde no exista ninguna autoridad que se
encuentre por encima de nadie, es una sociedad ideal anarquista que se
fundamenta en la naturaleza y en la solidaridad instintiva de cada ser humano.
Si en la sociedad actual esta solidaridad está ausente es justamente porque
hemos perdido nuestro contacto con la naturaleza y ya no ejercemos nuestra
libertad espontánea y naturalmente sino que somos seres manipulados y
robotizados por el engranaje social que trata de formar piezas utilizables
antes que personas humanas.
La armonía con la naturaleza es la armonía con el universo, el espíritu es
libre cuando nada ni nadie lo encadena con restricciones, prohibiciones, leyes,
obligaciones, valore impuestos, deberes, etc. viéndose a sí mismo como creador
de su propia vida, como creador de sus propios valores y despierto en la
conciencia de sí mismo en un espacio de infinitas posibilidades, jamás se verá
como superior o inferior a otro ser humano, ni a la naturaleza.
Capítulo III: Ética-política anarco-nihilista
3.1 Sobre el actual colapso social y ético.-
Cuando se instauró el unidimensional y moderno modelo de civilización bajo las
máximas democráticas y liberales, las sociedades que aprovecharon el
colonialismo y el auge del industrialismo fueron quienes servían de ejemplos
para que el resto de naciones del mundo, que ya eran colonizadas o pseudo
independizadas, impongan a sus pueblos bajo el modelo de vida “occidental”.
Después de algunos siglos, el capitalismo se expandió como una plaga imparable
y más cuando fracasó la revolución bolchevique de la antigua Unión Soviética,
esto contribuyó mucho a que la ideología de la “globalización” asiente sus
pilares en las naciones socialistas vencidas. Pensadores defensores del status
quo capitalista neo-liberal claman en voz alta que la “globalización” y el
triunfo del neo-liberalismo es algo inevitable, que el modelo de civilización
capitalista es la única vía para la humanidad. Así, las políticas económicas de
endeudamiento como la supuesta “ayuda” de los centros financieros mundiales de
Frankfurt, Londres y Nueva York a los países ex colonizados para que accedan al
“desarrollo”, la “modernización”, el “progreso”, fueron la clave para que los
países colonizadores adquieran un poder global y consolidar así un Imperio
Mundial. Esta deuda se conoce con el nombre de “deuda externa”, una de las
infamias y robos más descarados de la historia humana, por la que millones de
seres humanos de los países deudores padecen las miserias e injusticias más
indignantes para que las sociedades de los países acreedores de la deuda
continúen ricas y opulentas, después de una historia colonial de esclavitud,
robo y explotación. Y es justamente en los países deudores donde las guerras
civiles y la pobreza se han convertido en una bomba de tiempo a punto de
estallar.
En este contexto social y geopolítico en el que la humanidad se está
enfrentando, las posturas éticas y filosóficas sufren también las fracturas
irreversibles de esta realidad. Después de una historia infame, la humanidad se
ha condenado a sí misma a una ruptura ontológica donde la “solidaridad humana”
queda nula. En una sociedad mezquina, los individuos con sus espíritus
adoctrinados por la propaganda, adquieren conductas que reproducen lo que
necesita el sistema para fortalecer y legitimar más su poder . Quienes dirigen
los hilos de la sociedad, la cabeza que conduce el destino de millones de seres
humanos, aquellos grupos de individuos que ostentan el poder y deciden sobre
los asuntos que afectan a todos, son los mismos que esparcen la corrupción y la
traición. ¿Qué podemos esperar del comportamiento “ético” de una sociedad si
sus mismos dirigentes no son “personas éticas”?
El descalabro social y ético está diseñado por los mismos agentes del sistema
que corrompen a sus dirigentes y que emponzoñan con miseria mental y física a
las sociedades masificadas, pues la trágica situación de racismo, intolerancia,
irrespeto, violencia, desigualdad, abuso, injusticias está impregnada en todos
los niveles de la sociedad. “Sobre un planeta que compone su epitafio, tengamos
la suficiente dignidad para comportarnos como cadáveres amables” , este
aforismo de Cioran refleja en pocas palabras el espíritu de la decadencia que
abre las puertas a una época caótica e inestable. La impresión de estar en una
olla de presión social y de vivir en extrema tensión general, la angustia aguda
de sentirse extraviado en un mundo carente de sentido y de dirección concreta,
la sensación del vértigo cuando lo que sostiene la existencia es un inmenso
vacío, son momentos críticos que la humanidad enfrenta y que debe encarar. Han
muerto los “ideales” y ninguna “finalidad” concreta y ninguna obligación moral
o ética es axioma, el relativismo y el escepticismo radical se impregnan en el
espíritu filosófico de la época por la desesperanza y el desencanto.
Socialmente, esto se refleja como una fragmentación aguda de los cimientos de
la sociedad, con la aparición de nuevas creencias que rompen con lo
tradicional: nuevas sub-culturas se organizan en medio de inmensas metrópolis
para reorganizar sus existencias a través de otras formas de ver la realidad y
la vida, la proliferación de cultos religiosos y sectas, de comunidades que se
apartan del sistema capitalista global con desconocidas intenciones, la
violencia institucionalizada, la crisis social y la delincuencia, la extrema
pobreza y el descontento general, etc. Todos estos fenómenos agudizan la crisis
y refleja un tiempo muy difícil para la humanidad y sus descendientes. Ciorán
anuncia el funeral de la esperanza de una humanidad que ha perdido toda cordura
ética:
Sin poseer la facultad de exagerar nuestros males, nos serán imposibles
soportarlos. Atribuyéndoles proporciones inusitadas, nos consideramos
condenados escogidos, elegidos al revés, halagados y estimulados por la
fatalidad. Afortunadamente, en cada uno de nosotros existe un fanfarrón
Incurable.
3.2 Contra el totalitarismo ideológico y el neo-fascismo social.-
Desde el nihilismo hemos hecho tabula rasa de toda ideología que pretenda
adueñarse de cualquier “verdad” para inculcar un modelo social o ético de vida.
Recorrer el sendero del escepticismo y del relativismo puede ser crítico para
cualquier mente que necesite, por miedo o por necesidad, de una “verdad” que
sostenga su existencia. Sin embargo, pueden ser un arma intelectual y
espiritual para la mente fuerte que no necesita ningún dogma ni de ninguna
creencia para su vida y que quiera disentir contra cualquier imposición
axiológica o filosófica desde lo externo. Cuando se anula la posibilidad de una
“verdad” sin relacionarla con la imposición de una moral, la epistemología se
enfrenta también al vacío. No existe la “verdad” y ningún dogma ideológico,
ético o religioso puede llenar este vacío filosófico heredado de un nihilismo
radical que se respira en nuestra época. El legado que nos ha dejado siglos de
pensamiento racional y pragmático es la desesperanza que corroe el espíritu de
una civilización descalabrándose en un pozo sin fondo. Ciorán escribe:
Las verdades del humanismo, la confianza en el hombre y demás ingenuidades, ya
solo poseen un vigor de ficciones, una prosperidad de sombras. Occidente era
esas verdades; ya no es más que esas ficciones, esas sombras. Tan miserable
como ellas, no puede verificarlas. Las arrastra, las expone, pero ya no las
impone, han dejado de ser amenazadoras. De la misma manera, quienes se aferran
al humanismo se sirven de un vocablo agotado, sin soporte afectivo, de un
vocablo espectral.
El humanismo no resuelve el vacío infinito que puebla en las almas de nuestros
contemporáneos. La tabula rasa ha dejado sin soporte a todo pensamiento, ya no
queda espacio para ninguna “verdad”, la desconfianza filosófica y ética ha
desarticulado cualquier intención de imponer axiomas o dogmas en una sociedad
descarriada. De allí porque el poder bombardea con ideologías a las masas
extraviadas y conducir el rebaño a su disposición. La homogeneización
dictatorial y totalitaria de la máquina capitalista de producción y extremo
consumismo, de propaganda y de adoctrinamiento, que se inyecta a la psiquis de
la humanidad, es el último intento del poder para mantener el orden establecido
y escapar de la ruina total del nihilismo ético.
Desde la familia, la escuela, la iglesia, la universidad, el banco, y toda
institución, los seres humanos moldean sus creencias y sus actitudes frente a
la vida, creando conductas ficticias e inauténticas y aspiraciones banales y
superficiales, sin que exista una verdadera realización profunda para cada ser
humano. Destruye sus verdaderas aspiraciones para poder adaptarse a una
sociedad totalitaria y neo-fascista reflejada en el totalitarismo capitalista
que exige cada vez más de su energía y su potencial para subsistir y ser
esclavizado. Bajo muchos mecanismos la sociedad va inculcando al individuo
dogmas y creencias que sean necesarios para que pueda adaptarse sin ninguna
disidencia, protesta o propuesta para otro modelo de vida. Cuando ya no
conocemos cuales son nuestras íntimas aspiraciones y sueños como seres humanos
es porque en la jaula de la masificación hemos caído y nuestra vida, hundida en
la mediocridad, se vuelve monótona en un cotidiano hastío. En su desesperación
del vacío Ciorán reclama:
Nuestro rencor proviene del hecho de haber quedado por debajo de nuestras posibilidades
sin haber podido alcanzarnos a nosotros mismos. Y eso nunca se lo perdonaremos
a los demás.
La persona humana, única e irrepetible, al verse a sí mismo como un punto
insignificante en el cosmos y como anónimo en una sociedad masificada donde la
mezquindad cosifica a la persona como objeto desechable, se pierde en una
existencia desvalorizada e inútil. En el sin sentido de todas las cosas, en la
desesperación por sentirse atrapado y esclavo en las garras de un sistema
despiadado, el individuo anarco-nihilista separado de la sociedad escoge los
senderos de la rebeldía y de la resistencia, no quiere verse inmerso en la
masificación que no crea verdaderos seres humanos, sino inauténticas personas
con deseos prefabricados y sin personalidad propia, que caminan como borregos
sin preguntar hacia donde y para qué, siendo carne usufructuada para mover la
maquinaria de destrucción de nuestra civilización. La resistencia a la
totalitaria homogeneización de los seres humanos y el impulso de crear una nueva
y más justa relación con la vida y la naturaleza, es una reacción que contrasta
con la actitud pasiva de aquel que bajando los brazos se rinde a su situación
de esclavitud. Es la posibilidad de crear otras formas de vida que equilibren y
armonicen con el cosmos y con la humanidad misma sin que exista la coerción por
el afán de dominio sobre la naturaleza o sobre otro.
Resistirse a la homogenización es mantenerse fiel al principio de posibilidad
infinita y de cambio constante, fiel a lo diferente, distinto, misterioso,
desconocido, hacia lo otro del “devenir”. Al tomar una postura anarco-nihilista
se deja abierta la posibilidad de cualquier forma de pensar, actuar y vivir, ya
que concientes que nada es definitivo ni absoluto, las realidades diversas se
transmutan en el transcurso del tiempo. En la natural e innata búsqueda
interior por una “verdad” se deja abierto el camino hacia las múltiples
“verdades” y múltiples “morales”, ya que no se reconoce nada como dogma sino
como una idea más de la humanidad por entender la existencia. Se observa que
jamás se puede asimilar la “verdad absoluta”, simplemente porque no existe.
Ciorán dice:
A un hombre, ¿cuánto tiempo más o menos le “dura” una verdad? No mucho más que
un par de botas. Sólo los mendigos no las cambian nunca. Pero como ahora te
encuentras integrado en la vida, tienes que renovarte continuamente, pues la
plenitud de una existencia se mide por la suma de errores almacenados, según la
cantidad de ex verdades.
Cuando se cree tener la “razón” o la “verdad”, traicionamos a nuestra propia
sombra, porque siempre lo conocido está determinado por lo desconocido, cuando
uno cree llegar a la meta recién empieza la travesía, quien más conoce sabe que
lo que conoce es nada, porque mientras se conoce más se desconoce. ¿Entonces
cómo se puede permitir que aquellos que detentan el poder y que se jactan de
ser poseedores de las “verdades” últimas traten de convencer cualquier “verdad”
o cualquier “moral”? ¿Por qué mantener, entonces, esas creencias tradicionales
que el poder ha consolidado para el dominio de uno sobre el otro y para
uniformar, domesticar, ordenar, controlar, esclavizar a la especie humana?
Cuando Diógenes el Cínico se burlaba de la sociedad y de sus contemporáneos era
justamente porque toda convicción le parecía nada más que un chiste de mal
gusto, su actitud de resistencia a la homogeneización de su tiempo salvaguardó
su esencia lo cual lo llevó a la inmortalidad y a su propia trascendencia.
3.3 Actores y luchas políticas anarco-nihilistas.-
La política no es solamente el eterno conflicto del ser humano por adaptarse al
mundo y dominarse a sí mismo y a otro para instaurar una sociedad, también es
la llave para entender el problema psicológico por el poder. De allí toda la
historia de la humanidad puede servir como materia de investigación para
cualquier psicólogo político que quiera entender en qué complejo o en qué
trauma ocurre ese error garrafal de sentirse con derecho a mandar y ser
autoritario. La sociedad jerarquizada, racista y clasista en la cual el
capitalismo se asienta, es lo más cercano a un panóptico social y muestra que
en todos los niveles de la sociedad ese conflicto por el poder agudiza la falta
de libertad y una auténtica realización. La imposición de una norma y de un
sistema de valores basados en ilusorios paradigmas en las que quien abarca más
poder económico tiene más poder político, ha provocado la enajenación de
millones que se adaptan sin criticar a una sociedad capitalista totalitaria, en
las que la posibilidades de una auténtica libertad quedan nulas.
La situación concreta del presente de la humanidad es lo que forja su historia,
la dominación política y su reacción por liberación mueven el hilo y hoy en día
se repite el teatro de sangre: guerras, descontento social, revoluciones,
colapsos sociales son el pan de cada día. El totalitarismo de las
instituciones, que sostienen el capitalismo, somete al ser humano para imponer
un orden de injusticia, a vivir de manera indigna en medio de la ignorancia, la
esclavitud, la pobreza y miseria, pues todo es construido por la maquinaria
social, clasificando, jerarquizando y salvaguardando el status quo. Desde que
ciertas personas con poder en las finanzas, en las ciencias, en los Estados, en
las instituciones sociales y en las artes, declararon que su “verdad” era la
única “verdad”, el control y la vigilancia autoritaria a todo lo que no se
adapte a su “verdad” era necesaria, de allí las políticas de terrorismo de
Estado y terrorismo psicológico para someter a las masas a un solo orden establecido,
a una sola dirección, a un pensamiento homogéneo y a una “verdad” y una “moral”
impuestas a la fuerza. Bakunin, recalca como la imposición epistemológica,
metafísica ejercida por la sociedad capitalista requiere de invenciones éticas:
La propiedad…tiene su metafísica. Es la ciencia de los economistas burgueses.
Como cualquier otra metafísica es una especie de penumbra, un compromiso entre
la verdad y la falsedad que beneficia a esta última. Intenta proporcionar a la
falsedad el aspecto de la verdad, y conduce la verdad a la falsedad. La
economía política busca santificar a la propiedad mediante el trabajo y
representarla como realización y fruto del trabajo. Si consigue hacerlo,
salvará a la propiedad y al mundo burgués. Porque el trabajo es sagrado, y todo
cuanto se basa en el trabajo es bueno, justo, moral, humano, legítimo. Sin
embargo, es precisa una fe terca para poder tragarse esta doctrina, porque
vemos que la gran mayoría de los obreros están privados de toda propiedad.
A través esta forma sutil, el status quo, desde el utilitarismo del trabajo,
defiende la “verdad” de la propiedad para que su orden se mantenga intacto, la
falsedad de que el trabajo como servidumbre es bueno y justo se convirtió en
verdad haciendo “verdadera” a la propiedad. Esta forma de imposición de
“verdades” a través las “necesidades vitales” como la subsistencia y el
trabajo, es la metafísica ética en la que el sistema capitalista mantiene su
orden. Además de tener que enfrentarse a las penurias de subsistir en un sistema
injusto y corrupto, al ser humano se le inyecta psíquicamente “creencias y
verdades” a través de la propaganda de la religión moralista, la familia, las
instituciones del estado, para que se adapte a la normatividad y moralidad
instaurada. El dictamen autoritario del dinero dentro del capitalismo es
fulminante: “no se come sin dinero”, “hay que trabajar para subsistir”, “hay
que producir para el país”, “por el trabajo Dios nos dará prosperidad y
riqueza” etc. Así dicen las voces defensoras del status quo y así se van
instaurando “verdades y dogmas” últimos que afectan sustancialmente las
relaciones económicas, políticas, sociales y culturales del ser humano.
La lucha por la liberación es imposible si se disocia el pensamiento y el acto,
por ello el pensamiento y el cuerpo son los actores más importantes dentro de
cualquier cambio social. El pensamiento y el acto son movilidad y perpetuo
cambio, “no existen las verdades absolutas” (máxima de todo nihilismo) y por lo
tanto toda moral no es más que una invención y una imposición autoritaria.
Vivir el instante en toda su amplitud sin la servidumbre del utilitarismo, es
una forma de lucha que destroza la visión lineal del tiempo y del “progreso”
impuesto por la civilización que cree tener la “verdad”, vivir sin la
pre-ocupación por el futuro y sin la visión del trabajo como obligación y
necesidad, sino como juego, arte, creación, diversión, es otra forma de lucha
contra el totalitarismo social que usufructúa del cuerpo humano para mantener
la maquinaria y el engranaje de masificación desde el pensamiento y la moral
impuesta.
En el vacío nihilista no se necesita ninguna “verdad” porque el miedo a la
muerte se ha vencido, solo queda la vida para ser vivida a plenitud, sin
ninguna imposición ni cadena, sin ningún falso dogma, ni ninguna manipulación
mental. En el vacío del nihilismo no existe la celda de las convicciones, todo
es libre movilidad y devenir. La responsabilidad de existir queda anulada, la
vida siendo un accidente se convierte en una tragicomedia, no hay sistemas
axiológicos absolutos y por lo tanto no existe tampoco conductas y formas de
ser absolutos, lo homogeneización y el totalitarismo se enfrentan entonces a un
nuevo modo de ser siendo no-ser, siendo posibilidad y devenir, Ciorán recalca:
No existe evolución ni avance que no sea destructor, al menos en sus momentos
de intensidad. El devenir de Heráclito desafía al tiempo; el de Bergson forma
parte de las tentativas ingenuas y de las antiguallas filosóficas
La existencia de lo “diferente”, de lo “otro”, el “no-ser”, es de por sí una
amenaza a la unicidad totalitaria y homogénea de la sociedad del yo único, del
pensamiento único. Toda contra-cultura es un agujero y una grieta en las
columnas del orden establecido, toda disidencia empieza por el descontento y la
indignación, toda edificación de lo nuevo empieza desde la destrucción de lo
viejo. Las nuevas luchas políticas encuentran la riqueza y diversidad natural,
social, cultural, política de la humanidad en sus diferencias, enfrentando la
era de la intolerancia y violencia de la unicidad, y dando un paso al respeto
por lo “distinto” y “misterioso” para nunca perder la admiración que representa
la vida humana. El anarco-nihilismo es la voz de lo “otro” y “distinto”, de las
posibilidades infinitas de formas de vida, culturas, políticas, individuos
sabiendo que lo humano es definitivamente indefinible, por lo tanto siempre
impredecible. Lo distinto y diferente aboga por una ruptura ontológica o ética
de cualquier “verdad” para el ser humano, porque las posibilidades son
incontables en toda existencia y nada está determinado ni definido, por lo
tanto una forma de vida y de economía política diferente a la homogenización
del nuevo orden mundial o globalización establecido es posible.
Mucho se ha hablado ya que la contra-cultura fue absorbida por el sistema para
neutralizarla y formar neo-culturas de sincretismos culturales y religiosos
adaptados a la máquina social, sin embargo, lo “otro” potencialmente es
subversión para el orden, no se homogeneiza porque nunca será “uno” (ego
cogito) en una realidad egocéntrica y cerrada a lo diferente. Las diferencias y
las “otredades” son esenciales para que la posibilidad infinita del devenir no
se interrumpa jamás, sin embargo, cualquier ser “diferente” es excluido de su
entorno por el miedo de los demás a que se rompa la unicidad del rebaño, el
“diferente” es el estigma necesario y el sacrificio para que la sociedad tenga
su falsa estabilidad y a quien echar la culpa, es decir su “chivo expiatorio”.
El “otro” que representa el no-ser fue poco a poco anulándose en beneficio de
la unicidad del ego racional e imperialista desde las instituciones educativas,
la iglesia, la familia, la psiquiatría, las fuerzas armadas, el Estado etc.
Estamos entrando en una era de relativismo y caos, cualquier tonto puede ser un
sabio pues nadie conoce la “verdad”, en un universo infinito hay un infinito
número de “verdades” y formas de ser y pensar. Si la injusticia es inherente a
la existencia de todas las cosas es porque todo muere y se regenera eternamente
y porque nada es estático ni dura para siempre, todo es efímero y cruza la
cuerda floja dando la cara al abismo. Entonces ¿por qué obedecer cualquier
moral o cualquier “verdad”? ¿Por qué formar parte de una forma de vida y de una
realidad impuestas a la fuerza y montada sobre los cadáveres de las guerras?
¿No será entonces la lucha libertaria más eficaz negar el orden metafísico y
moral impuesto desde un acto y un pensamiento sin dogmas y siempre alerta al
devenir? El anarco-nihilismo deja asentada estas preguntas sobre la mesa,
elaborando un pensamiento post-utópico (tratando de superar el pensamiento
utópico) para obtener una dirección filosófica y entender hacia donde nos
dirigimos como humanidad.
3.4 Pensamiento de la utopía desde el anarco-nihilismo.-
Son muchos los pensamientos míticos y filosóficos en todas las culturas humanas
que reflexionan sobre el tiempo cíclico, y sobre las Eras o Edades que se
repiten eternamente desde la noche de los tiempos hasta nuestros días. Los griegos
ya nos hablaban sobre las cuatro Edades: la de oro, la de plata, la de bronce y
la de hierro, y Platón habla sobre la Atlántida que era un continente donde
habitaban los semidioses en una Edad de Oro. También la religiosidad y
filosofía hindúes describen en sus escritos sagrados los cuatro Ciclos, Yugas o
Eras, y en los últimos miles de años la humanidad ha vivido crisis
devastadoras, colapsos sociales y guerras, siendo este tiempo la Edad de Hierro
(para los griegos) o Kali Yuga (para los hindúes), es decir el último ciclo de
la Decadencia o la “era más oscura” antes del retorno a una Edad de Oro o Edén.
Pero este pensamiento mítico-filosófico también asegura un paraíso en la
Tierra, como llama la filosofía a la utopía o “no-lugar”. Desde Platón hasta
Tomás Moro, pasando por Saint Simon, Fourier y Bakunin, el pensamiento
filosófico-político-utópico ha sido crucial en el devenir histórico ya que las
revoluciones sociales son intentos de instaurar el Paraíso en la Tierra. Vemos
como el anarquismo, más que un romanticismo social o un sueño imposible, es en
verdad una lucha desde el pensamiento y el acto para que la humanidad armonice
su existencia consigo mismo y con su entorno, cambiando su conciencia y su
forma de vida. Bakunin, como agitador y revolucionario, mentalizó la filosofía
del anarquismo como una posibilidad real de volver a un Edén de libertad
individual, equidad social y jurídica, y una verdadera solidaridad y hermandad
humana. Mientras que el grito de desesperación del nihilismo de Cioran y su
mordaz anti-utopía refleja esa nostalgia por una Edad de Oro perdida. En su
pesimismo místico de la Caída tiende a elevarse a sí mismo en las alturas de
los dioses sobre los abismos y conjurar formas de vida más armoniosas consigo
misma y verdaderamente libres.
¿Pero cual sería la sociedad perfecta? ¿Existe la posibilidad de que el ser
humano viva en armonía con la naturaleza y consigo mismo sin la necesidad de
destruir su entorno y de auto-destruirse, donde se respete la vida de cada
criatura existente sin ninguna clase de opresión e injusticias y donde las
aspiraciones más elevadas de libertad y realización se hagan realidad en cada
uno de los individuos que habitan este planeta? ¿Qué es la libertad? Retomando
el significado de libertad desde el anarquismo, Bakunin escribe:
Sólo soy libre cuando todos los seres humanos que me rodean, hombres y mujeres,
son igualmente libres. Lejos de limitar o negar mi libertad, la libertad de los
demás es su condición necesaria y su confirmación. Sólo soy libre en el
verdadero sentido de la palabra en virtud de la libertad de los demás, de
manera que cuanto mayor es el número de personas libres que me rodean, y cuanto
más amplia, profunda y extensa es su libertad, más profunda y amplia será la
mía…sólo podré considerarme libre cuando mi libertad o (lo que es igual) mi
dignidad humana, mi derecho humano, cuya esencia es no obedecer a nadie y
seguir sólo la guía de mis propias ideas, cuando esa libertad, reflejada por la
conciencia igualmente libre de todos los hombres, vuelve a mí confirmada por el
consenso de todos. Mi libertad personal, confirmada así por la libertad de
todos los demás, se extiende hasta el infinito.
¿Una utopía, un sueño irrealizable o la posibilidad real de una nueva sociedad?
Todas las revoluciones y crisis sociales son un intento desesperado por
instaurar esta sociedad de individuos libres que habiten en armonía con todas
las cosas, ese paradisíaco Edén en donde la humanidad hace descender los
“Cielos” a la Tierra y puede considerarse un dios más en este infinito
universo. En la memoria arquetípica se encuentran las arqueologías y nostalgias
de aquella era mítica, las religiones milenaristas y utópicas y un extenso
pensamiento filosófico-utópico en los últimos seis mil años son expresiones de
la aspiración del espíritu humano por ascender a la cumbre de su existencia. El
anarquismo de Bakunin se pregunta como puede asegurarse la libertad y la
igualdad para que una sociedad humana pueda vivir con justicia y dignidad:
¿Deseas hacer que sea imposible para cualquiera oprimir a su prójimo? Entonces
asegúrate de que nadie tenga poder. ¿Deseas que los hombres respeten la
libertad, los derechos y la personalidad de sus prójimos? Asegúrate entonces de
que sean compelidos a respetar esas cosas, no forzados por el deseo o acción
opresiva de otros hombres, ni tampoco por la represión del Estado y sus leyes,
necesariamente representadas y aplicadas por hombres, que a su vez se hacen
esclavos de ellas, sino por una verdadera organización del medio social; esta organización
está constituida de manera que, permitiendo a cada uno el más completo disfrute
de su libertad, no permite a ninguno elevarse sobre los otros ni dominarlos a
no ser mediante la influencia natural de sus cualidades morales e
intelectuales, sin que esta influencia se imponga nunca como un derecho y sin
apoyarse en ninguna institución política.
Cada persona es un ser único, indivisible e irrepetible, cada ser humano es
digno y libre desde su nacimiento. La multiplicidad es inherente al ser, porque
hay muchos individuos con diferentes formas de pensar y existe una infinitud de
formas de ser, de vivir y hay un infinito de posibilidades de cosmovisiones y
cosmogonías, cada cual tiene su propia forma de ser libre. Bakunin, en su
pensamiento filosófico-utópico, piensa que es posible que cada ser humano viva
en armonía y libertad respetando al prójimo en su libertad, tolerando y
fortaleciendo la propia libertad junto con la del resto. Nuestra propia
naturaleza es vivir de acuerdo a nuestra felicidad y libertad colectiva.
Bakunin escribe:
Por libertad entendemos, desde un punto de vista positivo, el máximo desarrollo
posible de todas las facultades naturales de cada individuo, y desde el punto
de vista negativo, la independencia de la voluntad de cada uno en relación con
la voluntad de otros
El ser humano “es un animal político” (Aristóteles) y la búsqueda de la mejor
convivencia para todos es la realización completa de toda la humanidad. La
filosofía anarquista de Bakunin desarrolla una visión de una sociedad
libertaria y propone la abolición del viejo orden injusto:
La realización concienzuda de la libertad, la justicia y la paz será imposible
mientras una gran mayoría de la población permanezca desposeída en relación a
sus necesidades elementales, mientras esté privada de educación y condenada a
la insignificancia política y social y a la esclavitud -de hecho, si no de
derecho- por la pobreza tanto como por la necesidad de trabajar sin un momento
de reposo o de ocio, produciendo toda la riqueza de la cual el mundo se
enorgullece ahora y recibiendo a cambio una parte insignificante que apenas le
alcanza para asegurar (al trabajador) el pan del día siguiente…
La humanidad encontraría de esta forma su liberación sin recurrir a ninguna
divinidad que lo salve de su extraviada existencia, en su realización total,
social e individual, podría armonizar su ser con la totalidad de las cosas y
así liberarse de cualquier límite, barrera, celda o prisión que lo ate y lo
esclavice. ¿Pero como derribar los muros y los pilares que sostienen la prisión
que el modelo de civilización ha forjado durante tantos siglos de barbarie y de
injusticia? ¿Cómo instaurar el paraíso en la tierra sin recurrir al
derramamiento de sangre de la revolución social? Bakunin responde:
En nombre de la igualdad la burguesía derribó y masacró a la nobleza. Y en
nombre de la igualdad pedimos también la muerte violenta o el suicidio
voluntario de la burguesía. Pero siendo menos sanguinarios que la burguesía
revolucionaria, no queremos la muerte de los hombres, sino la abolición de las
posiciones sociales y las diferencias reales…
El anarquismo de Bakunin no es solamente un pensamiento utópico que niega la
realidad para crear mundos posibles de equidad y fraternidad, reconoce
primeramente cuales son las causas de la injusticia así como la forma de
combatirlas, como una medicina política detecta el virus que corroe a las
sociedades y da un diagnóstico para luego proponer la cura, que en este caso es
la abolición de cualquier forma de poder, ya que el poder y la dominación sobre
otro es en sí la enfermedad. Cuando no existan diferencias económicas que
aseguran el bienestar solo para una minoría, como rango, clases o jerarquías,
cuando el sentimiento de solidaridad y hermandad sean intensificados por todos
los seres humanos, entonces la sociedad utópica anarquista puede devenir en
algo real y realizable.
Sin embargo, el nihilismo es opuesto al pensamiento utópico anarquista. Pues la
decepción y el decadentismo del nihilismo de Cioran anulan la postura utopista
al adentrarse filosóficamente en la sombra de la psicología humana. La utopía
es vista por Cioran como un intento fallido del pensamiento por devolver a la
humanidad una dignidad imposible, puesto que el mal y la injusticia forman
parte de nuestros instintos naturales como seres humanos y esa “sociedad
perfecta” sería solo una imagen de la falta de lucidez y una ingenuidad, en
Historia y Utopia, dice:
Sólo actuamos bajo la fascinación de lo imposible: esto significa que una
sociedad incapaz de dar a luz una utopía y de abocarse a ella, está amenazada
de esclerosis y de ruina. La sensatez, a la que nada fascina, recomienda la
felicidad dada, existente; el hombre la rechaza, y ese mero rechazo hace de él
un animal histórico, es decir, un aficionado a la felicidad imaginada.
Como para todo místico nihilista, para Cioran el único Edén posible es vivir en
el aquí y en el ahora, en la presencia del “eterno presente”, sin aquella
añoranza ficticia de un futuro paradisíaco, pues en el presente está el paraíso
y el infierno, el cielo y la tierra, y toda esperanza utópica sería entonces un
alejamiento de la única posibilidad de ser libres y subordinar este momento a
un futuro irrealizable. La historia de la humanidad teñida de sangre muestra
que todo fanatismo utópico es un hilo que mueve los acontecimientos pero que
jamás llega a su cumbre, así el nihilismo de Cioran y su oscuro pensamiento
anti-utópico revela que el deseo de la Edad de Oro es el motor de toda historia
pero que es inalcanzable, lamentablemente la crueldad, la injusticia y la
maldad son inherentes en la naturaleza humana. Milenios de humanidad entre
guerras y decadencia no han sido suficientes para crear un Edén en el universo
del cual formamos parte, nuestros sueños se han estropeado, la naturaleza
humana no parece ser buena, el Mal es inherente en ella por el simple hecho de
existir, y la discordia, el desorden, el caos y la no-utopía son la única
realidad posible. La humanidad se tambalea como un péndulo en el maniqueísmo
del bien y del mal, no existen los puntos medios, y es inimaginable una
armonía. En el libro Historia y utopía Cioran escribe sobre la naturaleza de la
voluntad humana:
Pero de ninguna manera está comprobado que la voluntad sea buena; incluso lo
que sí es seguro es que de ninguna manera lo ha sido, ni la nueva ni la
antigua. Sólo los hombres de disposición deficiente son espontáneamente buenos;
los otros lo son a costa de grandes esfuerzos que los amargan. Siendo el mal
inseparable del acto, resulta que nuestras empresas se dirigen necesariamente
contra alguien o contra alguna cosa; en última instancia contra nosotros
mismos…Y ésta es la voluntad que habría que quitarle al hombre si se piensa en
una edad de oro. Pero sería tanto como despojarlo de su ser, cuyo secreto reside
en esa propensión a dañar, sin la cual no sabríamos imaginarlo. Reacio a su
felicidad y a la de los demás, actúa como si deseara la instauración de una
sociedad ideal.
¿Serán el estancamiento, el aburrimiento, el metafísico tedio, la esterilidad,
el hastío, las características que Cioran escribe de aquella Edad de Oro? El
ser humano no fue hecho para vivir el paraíso, es un animal diseñado para todo
tipo de crueldad y maldad. La posibilidad de la utopía no sería más que una
ilusión que no pertenece a la naturaleza del ser humano que de por sí no está
hecho para tal sociedad ideal. El nihilismo de Cioran insistía en que toda
moral “ideal” arruina los instintos del ser humano, al imponer una bondad
ficticia que destroza su espíritu libre, la crueldad y la sombra fueron
extirpados y domesticados para imponer una moral de esclavos. Sin embargo, el
espíritu libre se encuentra por encima de cualquier bondad o maldad y ninguna
moralidad o sociabilidad puede encasillarlo o enjaularlo. La vivencia maniqueísta
de la doble cara de la realidad, por encima de la vida y de la muerte, del bien
y del mal, de la luz y de la oscuridad, hace pensar que no hay paraíso sin
infierno y que a toda Edad de Cumbre precede una edad de Decadencia y así
sucesivamente por la eternidad. Cioran vive el “eterno presente” en pleno
derrumbe, ya sin la esperanza del paraíso, en el magnánimo vicio de sentir
hastío por la existencia, anula su ser para dejarse caer en el vértigo del
Abismo y de la Nada. Su filosofía muestra el nihilismo del caos y de la
incertidumbre, la desesperación apocalíptica y la decadente tristeza de formar
parte de una humanidad perdida. En el capitulo de “Los Mecanismos de la
utopía”, de su libro Historia y utopía, Cioran escribe:
En cualquier ciudad donde el azar me lleve, me sorprende que no se desaten
levantamientos diarios, masacres, una carnicería sin nombre, un desorden de fin
de mundo. ¿Cómo en un espacio tan reducido, pueden coexistir tantos hombres sin
destruirse, sin odiarse mortalmente? A decir verdad se odian, pero no están a
la altura de su odio. Esta mediocridad, esta impotencia, salva a la sociedad,
asegura su duración y su estabilidad. De tiempo en tiempo se produce una
sacudida que nuestros instintos aprovechan; después continuamos mirándonos a los
ojos como si nada hubiera ocurrido y cohabitamos sin destazarnos demasiado
visiblemente. Todo retorna al orden, a la calma de la ferocidad, tan temible,
en última instancia, como el caos que la había interrumpido.
La humanidad fluctúa como un péndulo entre el caos y el orden, entre el
infierno y el paraíso, la guerra y la paz, la miseria y la abundancia, el amor
y el odio. La utopía de la eterna primavera es anulada, el existir es una
tragicomedia, no se puede llegar a la cumbre sin el vértigo de la caída, somos
una especie de la naturaleza que nunca entendió el significado de su propia
existencia, la desesperanza y el vacío se incorporó en el espíritu, el
nihilismo ha extendido ya sus alas negras y todo idealismo ha muerto.
La Edad de Oro será siempre un sueño irrealizable si la humanidad sigue
diseñando su propia extinción en un mundo donde un holocausto nuclear es cada
vez más posible por la cantidad de bombas atómicas construidas y por las
tensiones geopolíticas que desestabilizan la paz mundial, y en donde los
cambios climáticos están desatando una catástrofe provocada por nosotros
mismos. La guerra fraticida de unos contra otros asegura que no quede ni un
rastro de esta especie de la naturaleza convertida en un virus del planeta,
intoxicándonos con basura tóxica que arrojamos a los mares y ríos y gases
venenosos con los que diariamente matamos la atmósfera.
El nuevo orden mundial o globalización, diseñado por una tecnocracia global, es
una bomba de tiempo. La una sociedad de consumo capitalista está envenenando el
planeta, las guerras fortalecen el capitalismo de pillaje de recursos naturales
y el mercado de armas, el dinero rapta las almas de los humanos y los convierte
en cómplices de las terribles matanzas que se cometen a diario por el “poder” imperialista
del sistema económico mundial. El mundo decadente que hemos diseñado borra
cualquier horizonte, ¿será posible una Edad de Oro después de las catástrofes
que hemos provocado (Aushwitz, Hiroshima, Chernobil, etc) y la que seguimos
provocando con toda la contaminación y devastación moral y espiritual de los
últimos tiempos? Cioran responde:
La armonía, universal o no, no existió ni existirá jamás. En cuanto a la
justicia, para creerla posible, para imaginarla simplemente, habría que gozar
de un don de ceguera sobrenatural, de una elección desacostrumbrada, de una
gracia divina reforzada por una gracia diabólica, y contar, además, con un
esfuerzo de generosidad del cielo y del infierno, esfuerzo, a decir verdad,
altamente improbable, tanto de un lado como del otro… No hay paraíso más que en
el fondo de nosotros mismos.
¿Estaremos entonces condenados a la injusticia universal por el simple hecho de
existir y todo paraíso e infierno lo hacemos nosotros mismos porque somos
nuestras propias víctimas y nuestros propios verdugos? Aquí y ahora vivimos la
paz y la guerra, la vida y la muerte, la injusticia y la justicia, cada respiro
es una eternidad para aquel quien vive en cada instante la cosmogonía de la
creación universal en su creación-destrucción, por encima de la materia y el
espíritu, en el vacío del absoluto, en la Vacuidad que tanto anhelaba el
misticismo de Cioran, disolviendo toda dualidad en la nulidad y sentir la
expansión de la conciencia de la totalidad del infinito. Entender que la
liberación empieza en uno mismo y que el único paraíso en el que nosotros
podemos construir es en el día a día.
El orden establecido ha extirpado al ser humano la posibilidad de sentir la
vacuidad y el infinito y el despertar de su conciencia, porque si estuviera
totalmente “despierto” es peligroso para su sistema de dominación. “Despertar”
implicaría el entendimiento de que cada cual es irrepetible y único, y no un
animal de rebaño y carga que sirve a su amo, es peligroso tener la conciencia
“despierta” porque entonces no pudiera ser usado, moldeado y esclavizado. Para
el anarco-nihilista explorar la Nada es subvertir lo instaurado (racionalidad,
utilitarismo, capitalismo, democracia, nuevo orden mundial etc.) y anular toda
creencia y convicción, vivir en sí mismo el infinito de posibilidades de ser a
través la creación de mundos propios en el “eterno presente”, alcanzando la
armonía paradisíaca tan anhelada por anarquistas y nihilistas.
Conclusiones
Hemos visto entonces que el anarco-nihilismo es un pensamiento
filosófico-político en el que la libertad es el punto más delicado y frágil de
la reflexión, teniendo un papel importante en todas sus posturas
político-morales. Por ello se esbozó el pensamiento libertario anarquista de
Mijail Bakunin y el pensamiento creador-destructor del nihilismo de E.M Cioran,
a partir de lo que llamamos libertad y poder político en la actual situación
mundial. La libertad está constantemente en peligro y el establecimiento de
sociedades cada vez más represivas anula lo que podría considerarse vida digna
y libre. En un mundo donde se hace la guerra en nombre de la libertad, en donde
millones en su ilusión de libertad construyen su propia prisión, donde la
esclavitud impera por la masificación de la sociedad, el pensamiento anarco-nihilista
tiene su eje principal en la reflexión sobre la libertad. Bakunin reflejaba su
pensamiento en su vida, era un agitador y revolucionario, filósofo y escritor,
peleaba por la libertad para todos los seres humanos sin condición de raza,
religión o clase social, el anarquismo libertario era su propuesta filosófica
política. Cioran, en su vida como apátrida y crítico acérrimo de la
racionalidad utilitaria y de la civilización “occidental”, escritor excepcional
de aforismos y de una prosa poética filosófica, también refleja su vida en su
pensamiento nihilista. ¿Fueron estos dos filósofos libres en su vida? La
libertad es uno de los puntos más esenciales para la filosofía política. El
anarquismo y el nihilismo, al reflexionar sobre la libertad vital del ser
humano, son pensamientos filosóficos válidos y así dejar de asociarlos con la
delincuencia y el vandalismo, sino como propuestas a nuevas formas de vida y de
pensamiento.
La reflexión del anarco-nihilismo en el mundo de hoy, tomando como eje director
el análisis de la formación de un Estado mundial, nuevo orden mundial o
globalización, es una alternativa de filosofía política anti-imperialista. En
la crítica filosófico-política al orden capitalista mundial establecido, hay
que tomar en cuenta los pensamientos disidentes del anarquismo y del nihilismo
como resistencia a cualquier totalitarismo del pensamiento, como crítica al
poder, al Estado y al orden institucional en el que estamos insertados. De
igual forma los pilares de estos dos pensamientos son reflejados desde sus
posturas políticas y epistémicas, acordándolas con la situación de la
actualidad en la que las condiciones filosóficas para entender la situación
política social del mundo son cada vez más frágiles y cambiantes, sobre todo
cuando los dogmas y las ideologías dominantes acaparan el pensamiento oficial
académico.
La globalización y la imposición de un “pensamiento único” y de un modelo único
de vida, quiebra toda posibilidad del devenir cambiante. El nuevo orden mundial
impone su modelo y absorbe la riqueza que constituye las diferencias humanas
sean culturales, sociales, políticas y filosóficas. La filosofía política es un
problema vital para el ser humano en todas las épocas. La reflexión de la
política mundial actual es vista desde el pensamiento libre del
anarco-nihilismo como resistencia contra la instauración de una dictadura
política, económica, cultural y social llamado Nuevo Orden Mundial o
globalización.
El anarquismo es el pensamiento filosófico político que niega la autoridad y el
Estado. El nihilismo es el pensamiento que niega toda “verdad”, “valor” o
“realidad” impuestos para resaltar la posibilidad del individuo de crear sus
propios valores y verdades. Anarco-nihilismo es entonces la filosofía política
que niega toda “verdad”, autoridad y Estado impuesto a los seres humanos con el
objeto de re-crear una humanidad nueva y un pensamiento auténtico fuera de los
dogmas del sistema establecido y acelerar el proceso de emancipación general de
la humanidad.
De esta forma, podemos decir que el anarco-nihilismo es la oportunidad de
adentrarse en el devenir histórico, social y político por encima de los
condicionamientos y las presiones propias del orden social y de sus ideologías
impuestas. Son pensamientos filosóficos políticos que contienen su propia
epistemología y ontología, además de ser críticos de la realidad instaurada
(muy lejos de aquella definición popular del anarco-nihilismo como sinónimos de
caos y de vandalismo). Dejo abierto entonces el camino para otros estudios
sobre estos pensamientos disidentes del status quo, trascendiendo la filosofía
política clásica, además de dejar la interrogante de cual es el papel de la
filosofía actual en el mundo contemporáneo.
BIBLIOGRAFÍA
-BAKUNIN Mijail, Escritos de filosofía política, Madrid, Alianza Ed, 1978
Estatismo y Anarquía, Barcelona, Ediciones Orbis, 1976
-CIORAN E.M, El ocaso del pensamiento, Barcelona, Tusquets Editores,1995
Silogismos de la Amargura, Barcelona, Tusquets Editores,1990
Historia y Utopía, Barcelona Tusquests Editores, 2003
- GUERIN Daniel, Anarchism, Nueva York, Editions Gallimard, 1965
Disertación
para la obtención del Título de Licenciatura en Filosofía
Anti-Christian Patricio Arroyó Cabezas
Quito, Junio del 2006