SIMIENTE ROJA

Publicado el 15 febrero 2014

A B. Rosales de la Rosa
Barranquilla.



Comunicarse es agrandarse. El amor no es otra cosa que la comunicación inconsciente de la vida. ¿Y habrá algo más sentido, que el amor? Lo bueno, ha dicho Nietszche, es el sentimiento que el poder agranda cuando una resistencia es vencida.


Ser grande es ser todo. El hombre puede ser todo. Unirse es agigantase. Comunicarse es fundirse. Hablar para expresar el pensamiento es acrecentar el pensamiento. Expresar el sentimiento, ora por medio de la palabra, ya por medio de las artes, de la música, es ensanchar el alma hasta los limites que estreche la capacidad de nuestra potencia psíquica. El pensamiento es infinito, pero como la fuerza de atracción de los cuerpos, necesita una masa repulsiva que equilibrando tendencias, forme el punto neutro, aquel que requiere la oposición de otro pensamiento para ser fuerza. Una idea no es sino la resultante de dos extremos absolutos que chocan. La chispa de dos nubes que se encuentran. Yo no sé si el pensador o el artista necesita más de sus oyentes que estos de aquellos.


La vida es una especie de agrandecimiento continuo. Esa lucha cruel de que nos habla Darwin es la prueba. Cada uno lucha por agrandarse. Así el individuo no es sino la prueba del socialismo como el egoísmo no es otra cosa que la del altruismo. El egoísmo está determinado por la necesidad hambre y el panismo por la necesidad amor. ¿Para qué se alimenta el hombre? Para dar vida a otros seres. Por eso la filosofía anarquista individualista me repugna tanto como la socialista-conservadora. Una y otra se inclinan a extremos absolutos. Y el hombre ni es socializable meramente ni meramente individualista. El hombre es el más sociable de los animales y a su vez el más individualista. Y de aquí que yo no me llame ni "anarquista" como Mackay ni comunista como Grave. Yo históricamente soy un radical socialista.

Como esta carta no es sino el exordio de una serie de epístolas que sobre asuntos políticos sociales os dirigiré, no me extenderé hoy más. Para la próxima ocasión esperad lo que las circunstancias me permitan enviaros. Y ahora au revoir.

Respecto a las consecuencias que haya traído mi expulsión solo os diré que en estos días saldré expulsado de esta para Santo Domingo; enviadme a esa vuestro periódico y los que podáis. Yo de mi parte os mandaré mi El Anticristo.

Vuestro compatriota.

Biófilo Panclasta 15/


 Nuevo rumbo, No. 52, Barranquilla: (22, mayo, 1910); p. 2.

Unknown
Categoría:

Deja tu comentario