Pensamientos de Biófilo Panclasta

Publicado el 15 febrero 2014

Vicente Rojas Lizcano (Chinácota, Colombia, 1879 – Pamplona, Colombia, 1943), llamado Biófilo Panclasta, fue un escritor, activista político y anarquista individualista colombiano. En 1904 comenzó a utilizar el seudónimo con el que sería reconocido: Biófilo, amante de la vida, y Panclasta, enemigo de todo. Estuvo en más de cincuenta países avivando las ideas anarquistas y participando en manifestaciones obreras y sindicales, en las que pudo entablar amistad con personajes como Kropotkin, Máximo Gorki y Lenin.


  • La vida es la única verdad real, vivirla es nuestro destino, mostrarla desnuda es nuestro único deber.
  • Yo no quiero que nadie me presente: Biófílo presenta a Panclasta.
  • Los colombianos somos en otra tierra parias del derecho.
  • Ocultar un prisionero es como ocultar una chispa.
  • Lo que se le arroje para esconderla, con el tiempo, que todo lo seca, solo servirá de combustible.
  • Yo no soy un anarquista, yo soy yo.
  • No dejo una religión por otra, un partido por otro, un sacrificio por otro.
  • Yo soy un espíritu liberado, egoísta. Yo obro como yo siento. Yo no tengo más causa que la mía.
  • Me repugna tanto gobernar como ser gobernado; cada hombre debe ser su camino; ni sigo a nadie y no quiero que nadie me siga.
  • Mi lucha por la libertad, no es sino la pasión por la libertad.
  • Mi amor hacia todo lo que tiene vida no es sino un sentimiento de placer, reflejo prolongado hacia el infinito.
  • Mi odio a los tiranos no es sino el desarrollo mentalizado del instinto de defensa por la conservación.
  • Por eso he obrado siempre como he sentido.
  • No creo ni afirmo nada. Vivo.
  • Obedezco a la fatalidad, obro con ella y la ayudo.
  • ¿Podré ser propagandista cuando me falta la fe?
  • En consecuencia, yo no propongo nada.
  • Vengo de todas y de ninguna parte.
  • Solo puedo decirle que vengo del mundo.
  • Soy como el sándalo: perfumo el hacha que me hiere.
  • La critica no es sino la comparación de gustos.
  • Dos seres de igual naturaleza al juntarse crecen en cantidad pero no en esencia.
  • Y el alma es cabalmente eso: una esencia eternamente renovada.
  • El amor es fuego y el fuego devora lo que quiere ocultarlo.
  • El día en que la vida deje de serme fiel, la destruyo.
  • Cualquier mujer, afirman los ginecólogos, es siempre mejor que la propia.
  • Los pueblos como los hombres tienen letargos enervantes; pero las noches no son eternas ni en las regiones polares, y tras toda noche nace una aurora.
  • Más vale un hecho que cien mil derechos.
  • No obstante mi independencia considero que debo libertarme de los tormentos que me afligen.
  • Por última vez y al borde de la tumba niego la existencia de Dios.
  • Las noches no son eternas.
  • El dolor es quizá más inconstante que el placer, porque éste podemos artificiarlo y aquel no.
  • Me repugnan los seres que se quejan.
  • Quejarse es declararse débil.
  • La grandeza no está en las cosas, sino en el individuo.
  • Yo no aspiro a la presidencia de la República pero me defiendo de quien a son de ese título quiera dominarme.
  • Yo no transijo con las pequeñas debilidades.
  • No tengáis deberes. Dejad esa tarea a los moralistas.
  • La revolución social es un gran grito de dolor.
  • Es la queja de cien siglos de ignominia.
  • El amor no es otra cosa que la comunicación inconsciente de la vida.
  • Una idea no es sino la resultante de dos extremos absolutos que chocan. La chispa de dos nubes que se encuentran.
  • Ser grande es ser todo. El hombre puede ser todo.
  • Unirse es agigantarse. Comunicarse es fundirse.
  • La vida es una especie de agradecimiento mutuo.
  • Sentirse solo es sentirse inútil.
  • Los revolucionarios son vengadores casi siempre inconscientes.
  • Ser perseguido es ser temido.
  • Ser maestro es ser tirano.
  • Yo aún bajo paredes me creo y soy libre.
  • La revolución soy yo.

Unknown
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