Dominación educativa

Publicado el 27 febrero 2014

Está de más decir que el actual movimiento estudiantil chileno ha sido un fracaso, nunca ha existido y que sus lideres eran unos demagogos que aspiraban a la plutocracia (la actual democracia según Chomsky).
Lo que no está de más, es aclarar que aquellos que se desprendieron del miedo, actuando y reaccionando incendiariamente contra el aparato opresor, no son la esperanza nacida (o tal vez resucitada) de este movimiento estudiantil, ellos nacen de la nada, no en respuesta de la esclavitud ni de un grupo hipócrita, es que ellos son la plenitud del caos, los que aborrecen toda posibilidad no sólo de futuro, sino que también de pasado; y es que nunca han sido algo, son los bastardos que nunca tuvieron algo, ni conciencia y no por la falta de moral o aptitud, sólo lo son por sus eternas creaciones imaginarias que han decidido destruir.
Sin embargo, el artículo no pretende ser una pasquín ontológico (desearía que lo fuera), sino más bien una pequeña reflexión, jamás dueña de la verdad, sobre la educación y su pilar cultural, no olvidando que la cultura es la principal cárcel para el hombre y por tanto un mecanismo que necesita ser destruido para encontrar una verdadera libertad.
En la obra culmine de Foucault, se pueden evidenciar algunas de las instituciones encargadas de Vigilar y castigar (como lo plantea su título), aunque además sitúan al hombre en un espacio en el que está enajenado por un conjunto de normas. Dentro de estas instituciones se mencionan los colegios y liceos y éstos son los más fuertes y estrictos en su formación, ahí es donde se encuentra el hombre para recibir su aprendizaje primario y secundario, es en este lugar donde se puede crear al ser deseado, manipular estratégicamente y por tanto ésta es la única institución que no ha sido creada para vigilar ni mucho menos castigar, parece serlo y en momentos se aplican éstas definiciones, pero no es su objetivo principal.
Las instituciones educacionales tienen como propósito, moldear y entregar conciencia de sus actos a los hombres y de ahí sus principios de ética y leyes morales.
Entonces cualquier acto de educación que se entregue, responde a una necesidad de quien la otorga, el tan anhelado individualismo se reduce en cuanto se le practica en otro y no en sí mismo, el enseñar es destruir con la libertad.
Algunos podrán apelar, afirmando que se puede educar de manera objetiva, ampliar al máximo lo que se intenta enseñar, de modo que se muestren las diferentes aristas del tema en cuestión, es decir, entregar todas las perspectivas y relativizar al máximo el asunto. Y sin duda sería bastante eficiente si el objetivo fuera adquirir un pensamiento intachable y honrado en su convivencia social. Sin embargo, estamos para ser, ni siquiera ser libres, sólo para ser. El problema del pensamiento es que limita, te entrega finitas posibilidades, no abarca la eterna naturaleza de lo existente, es encerrarte en un amplio catálogo de combinaciones lingüísticas, no se podría ser una autenticidad, es romper con la singularidad de las entidades, es reducir un grupo a la misa idea, se moverán en diferentes abstracciones, pero dentro de todo será lo mismo.
Es por ésta razón que la necesidad de poseer educación de calidad garantizada por el estado no satisface más que a futuras prácticas de abominación (también así con la educación privada) ya que son los mismos tecnócratas opresores quienes manipularían esos estándares de "calidad", caería en una subjetividad, sólo seríamos otras marionetas.
Todo aquel que anhele educación y, peor aun, garantizada por otro, es porque desea ser sometido, quiere ser feliz y vivir cómodamente, acepta la sumisión, en vez de anarquía en el pensamiento y en el acto; y es que la anarquía es caos y el caos es infelicidad y felicidad, es comodidad e incomodidad, es todo y sin dejar de serlo, es nada.

Insane
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