Recuperemos el anonimato

Publicado el 12 febrero 2014

Una lengua inquieta es una lengua muerta. Revindicar los actos anónimos y darles humanidad es el más grande pecado de los niñxs salvajes de las esquinas. El ego (más allá del ego entendido desde la mirada metafísica de Stirner), nos hará caer las mil penurias y los delirios más paranoides de los verdugos y esbirros de los más oscuros aparatos de opresión y vigilancia social.

¿Cuántos ya han sido los que por estirar la lengua más allá de lo permitido, han terminado rasguñando los adoquines húmedos de los bastiones de Can cerbero?

Can cerbero adora a los héroes con nombres, adora las individualidades, le fascina a los que salen de la sombra para plasmar sus anécdotas en el firmamento, le encanta embriagarse con la sangre simplona.


Una vida eterna en las Sombras o un mezquino reconocimiento…



Escrito por Nihil Ranciere

Unknown
Categoría:

Deja tu comentario