Sobre el solipsismo en '1984' de Orwell.

Publicado el 26 abril 2014

El pensamiento de Orwell plasmado en el texto “1984” es, sin duda, una fuerte crítica al sistema de gobierno y guerra que han existido en la historia de la humanidad y más específico, al modelo político existente en la época que vivió, el siglo XX.

En una carta que escribió con el objetivo de explicar el contenido del texto 1984 expresa lo siguiente: “Me temo que, desgraciadamente, el totalitarismo está creciendo en el mundo. Hitler pronto desaparecerá, pero sólo a costa de fortalecer a: 1) Stalin, 2) los millonarios americanos e ingleses y y 3) todo tipo de pequeños “führers” al estilo de De Gaulle… La mayor parte de la élite intelectual inglesa se opone Hitler, pero sólo a cambio de apoyar a Stalin. La mayoría de ellos apoyan métodos dictatoriales, policías secretas y la sistemática falsificación de la Historia siempre que beneficie “a los nuestros”. Pero si uno proclama que “todo es por una buena causa” y no reconoce los síntomas siniestros, en realidad sólo está ayudando a fortalecer el totalitarismo... Desde que la guerra contra el totalitarismo comenzó en 1936 creo que nuestra causa es la mejor. Pero para que continúe siendo la mejor, necesitamos una autocrítica constante.”

Orwell plantea la noción de autocrítica como método para encontrar constantemente el equilibrio en una cultura/civilización y es válido, ya que las necesidades, mientras exista constructivismo y crítica, siempre irán variando en una sociedad determinada. Pero al introducir la definición de autocrítica, se está introduciendo a un ámbito más profundo aun, la individualidad separable que existe entre la realidad y un sujeto, que en este caso ve personificado en Winston (protagonista del texto 1984). ¿Cuáles son los límites entre el ser, objetividad y realidad? ¿Existe acaso alguna separación entre ellas?
Su repudio es hacia quiénes gobiernan mediante el terror y la opresión, sea de cualquier tipo de ideología o postura política. Sin embargo, ¿Cuál es el objetivo de gobernar personas que solo produzcan bienes materiales? Está bien, sabemos que el objetivo es poseer el poder y esto solo se logra mediante la educación conductista. Pero luego de poseer el poder ¿qué hay? ¿qué es lo que despierta y mantiene esa necesidad de superioridad frente a los demás?

¿El ser como invención o como creador?
En la tercera parte del texto 1984 Winston es torturado de manera inhumana, tratando de abolir el pensamiento mediante un auto convencimiento que es forzado (parece contradictorio), es decir, le inducen a creer la realidad que le están describiendo ya que no existe la suficiente tecnología como para entrar en alguna mente humana y eliminar o agregar alguna idea.

Con un cierto grado de reflexión, se puede llegar a pensar que la idea de la tortura, como la ha planteado Orwell, es incluso bella. Lo que refleja en su escrito, es que las ideas jamás podrán ser abolidas por seres o agentes externos si no existe una aprobación interior e inherente. Si no existe una razón o una satisfacción, es imposible cambiar la forma de percibir nuestros mapas cognitivos y nuestro entorno.

El convencimiento sólo se puede generar mediante la reflexión y la reflexión a su vez, solo la puede lograr uno como ser individual. Pero ésta auto reflexión claro que puede ser inducida, de hecho, es lo natural y la base de cualquier pensamiento, no solo de algunos. Se recibe la información desde un entorno y esta nos induce a un pensamiento o alguna abstracción.

Winston nunca cedió ante lo que su torturador (O’Brien) le imponía. Y era porque él estaba consciente de que tenía la razón y no era soberbia lo que mantenía esta certeza, sino más su propia experiencia, sus propios pensamientos y vivencias le demostraban lo que había adquirido a lo largo de su vida. Sus sentidos no se encontraban atrofiados como para desconfiar de lo percibía. Todo era real. La memoria era lo único que de vez en cuando le fallaba, pero no era su culpa, era por tratar de compatibilizar dos realidades: La real/objetiva y la que le imponía el sistema en el que vivía. Él lograba tener imágenes de lo que había palpado, pero nunca estuvo seguro. El único momento en el que estuvo seguro fue mientras lo torturaban: “O’Brien lo detuvo con un movimiento de la mano. –Otro ejemplo dijo-. Hace algunos años, tuviste una seria desilusión. Creíste que tres hombres, tres miembros del partido, llamados Jones, Aaronson y Rutherford, quienes fueron ejecutados por traición y sabotajes después de confesar…Creíste haber visto una irrefutable evidencia de que sus confesiones habían sido falsas. Incluso había una fotografía sobre la que tenías alucinaciones. Creíste que la tuviste en tus manos. Era una fotografía como ésta… -Existe- gritó. –No-dijo O’Brien…-Cenizas- dijo-.Ni siquiera cenizas. Polvo. No existe, nunca existió.- ¡Pero existió!¡Existe! Existe en mi memoria. Yo la recuerdo. Usted la recuerda. –Yo no la recuerdo- dijo O’Brien. Winston se desanimó. Eso era doblepensar. Tuvo la sensación de un desamparo mortal. Si pudiese estar seguro de que O’Brien mentía, no le habría importado. Pero era perfectamente posible que O’Brien hubiera olvidado la fotografía. Y si fuese así, ya tendría que haber olvidado que la recordaba y también el acto de olvidar ¿Cómo estar seguro de que no era un simple engaño? Quizás esa lunática dislocación mental podía ocurrir; ese era el pensamiento que lo derrotaba”

Entonces nos situamos en un punto mucho más complejo, uno que involucra un cuestionamiento al propio pensamiento. Ya no se trata de involucrar un razonamiento a partir de la experiencia, porque es esta misma la que nos puede estar jugando con nuestros pensamientos e ideas. ¿Cómo saber si lo que hemos vivido es realmente perteneciente a esta realidad?

Existen estudios científicos acerca de la memoria y la cognición que plantean que el cerebro siempre intenta dar una respuesta ante las preguntas o estímulos, sea el correcto o no, busca establecer una seguridad en él mismo. Me podrían preguntar que estaba haciendo hace exactamente un año. Yo pensaría y me situaría en un contexto cronológico y respondería de la manera más acertada y lógica. Podría auto convencerme de que esa fue la verdad. Pero ¿Existe alguna manera de saberlo de manera certera? Si no hay nadie que pueda corroborarlo, ni yo, como ejecutor de aquellas acciones, es decir, ni siquiera el sujeto como principal hacedor de su mundo no tiene la certeza de lo que realiza, podría configurarse todo como una mera ilusión con el objetivo de auto satisfacer lo que no comprende.

El cerebro además es capaz de generar una atmósfera dentro del alma para que esta ni siquiera se cuestione lo que está enviando como respuesta al exterior, de modo que nunca sabremos si en realidad estamos viviendo esta realidad o más bien somos una mera interpretación subjetiva. Esto nos lleva a entender la realidad como un todo nace a partir de un sujeto inamovible que, en primera instancia y a modo general, no está externo a la realidad, de modo que se puede situar como un ente omnipresente o algo así como lo que la cultura occidental considera como un Dios. Porque un Dios está dentro, es él quién crea una realidad o más bien una jaula en la que engloba una atmósfera y la aparta de esa nada que la rodea, creándola bajo su lógica.

Pero si este Dios fuera creador de todo, entraríamos a un interrogatorio eterno. ¿Quién es el creador de este Dios? Y no nos sirve respuestas en la que hemos vivido durante siglos de humanidad. Decir que este ser es eterno, externo a nosotros, inagotable e inamovible y es por eso que él es el creador, pero a él nadie lo crea, es un disparate. Porque nosotros somos quiénes los hacemos eterno y no es la respuesta que también hemos escuchado hace siglos de humanidad. Sino porque nosotros somos quienes llegamos a él mediante una abstracción. Una búsqueda acerca el origen, nos lleva a la creación de un Dios. Y tal vez no lo creamos nosotros, llegamos a él a través del pensamiento y es justamente esto, el pensamiento lo que nos interesa a nosotros.

Como apreciamos con anterioridad, el pensamiento engaña. Y si bien el punto de partida puede ser el correcto, el cerebro puede desviar su curso solo por el hecho de querer encontrar seguridad, tal vez porque incluso ni siquiera él puede posee respuestas. Pero esta aclaración podría ser válida si la realidad fuera externa a uno mismo, sin embargo se caería en contradicción. Esta realidad no puede ser externa a uno mismo por el hecho de que es el pensamiento quien la sitúa fuera y el pensamiento es interior y no podemos confiar en él, de modo que si fuera externo dependería de cada cerebro, podría incluso situar todo afuera solo para encontrar satisfacción ante la pregunta que no tiene respuesta, para sentirse seguro y dejar de fastidiarse a sí mismo con algo que no puede responder.

De aquí divergen dos ideas: La primera es la que se seguirá desarrollando y la segunda se planteará más adelante.

La construcción de la realidad depende de cada pensamiento, sin embargo, un creador es inventor de todo, de todas las ideas e incluso de aquellas de las que no posee una noción o conocimiento. Él se sitúa como creador de todo, pero sin tener cognición de aquello. Todo nace a partir de un cerebro. Cada persona es una parte de lo que está creando, pero no como una expresión de aquello que no es y no puede ser ni tampoco como lo que quiere ser y que por incapacidades físicas o psicológicas/emocionales, no puede ser. Sino más bien, una persona es la especie de articulador de su propia realidad, sin caer en el cliché de ser “forjador de su propio destino”, en otras palabras, él es parte de sus propios pensamientos, él es un habitante de sus ideas. La gente y toda la creación a su alrededor no son invenciones del inconsciente solo por el sencillo hecho de que desconoce lo que son, todo es así porque el ha decidido que sea así. Estableciendo la duda como método para no morir encapsulado en un vacío.

Esta concepción se puede apreciar Las ruinas circulares de Borges: “Con alivio, con humillación, con terror, comprendió que él también era una apariencia, que otro estaba soñándolo.

El inventor pasa a ser invención y la invención pasa a ser inventor, existe una dualidad. Esto quiere decir que el creador es también creado, pero no exactamente por otros, sino por sí mismo, de modo que la pregunta ya no es Quién ha creado al creador sino Cómo se ha creado a sí mismo. Porque él es el inventor de todo, no puede haber otro más que sí mismo como inventor. Entonces la encrucijada que se plantea en Las ruinas circulares pone al creador del personaje como una invención del propio personaje que ha creado. Somos creación, pero generadores de quiénes nos han creado.

Se ha llegado a un punto en el que se ha desacreditado la relación entre pensamientos y exterioridad, entiendo lo primero como una relación con la interioridad. Y ahora es cuando comienzan a aparecer las interrogantes que poseen una respuesta diferente en cada ser.

¿De dónde se obtienen éstas ideas? ¿Cómo es que el pensamiento logre crear toda una realidad a partir de absolutamente nada? Sabiendo que el mundo es su propia creación y que al relacionarse a él con la realidad es prácticamente relacionar al ser con sí mismo. ¿Puede el pensamiento humano llegar a trascender las ideas y llegar a materializarlas?

Al momento de referirse que el hombre en su capacidad de razonar y ser creador de su propio entorno se encuentra como un creador, en realidad no lo hace a partir de la nada. Esta realidad sí está presente y de ella se obtiene el molde para el ser y no se cae en una contradicción, el inventor sigue siendo un inventor objetivo de la realidad. Para entender lo planteado es necesario citar un estudio científico acerca de la percepción: “…Es que aquí queremos destacar dos comportamientos típicamente humanos por excelencia: la capacidad de monitoreo y la de autorreflexión o auto revisión permanente. Ambas acciones posibilitan reflejar la complejidad de un sujeto que recibe la impronta de un contexto socio-histórico y, a su vez, cuenta con pensamientos propios de realidades objetivas. Schutz y DeCuir (2002) hacen referencia a esta idea cuando señalan que las percepciones desarrolladas a través de estos procesos reflexivos conducen a entender o conocer acerca de la naturaleza de las experiencias subjetivas, de los objetos del mundo físico y de las realidades objetivas del pensamiento. Este conocimiento por parte del sujeto representaría la base a través de la cual se hacen valoraciones y apreciaciones del mundo, tornándose éste el lugar desde donde emergen las emociones durante las transacciones de la persona con el mundo” Esto nos lleva a pensar que lo físico, es decir, lo palpable mediante nuestros órganos, es sólo objeto, no posee una esencia característica. La esencia la obtiene cada persona mediante el pensamiento y este pensamiento es objetivo en cada ser, de acuerdo a lo que él cree es exacto (cree exacto y no es exacto).

Al momento de apreciar el mundo, dejamos nuestra percepción en los objetos de modo que debemos interpretarlos en una realidad nueva. Es como decirle a un personaje X que vaya a comprar pan y este no vuelva, uno debe ir a comprarlo por uno mismo, sin cuestionarse por qué el personaje no ha vuelto, eso no nos ayudará a sobrevivir. E incluso posterior a haber realizado nuestra compra, no es necesario cuestionarse el por qué no ha vuelto el personaje, ya no es relevante, se ha alcanzado lo que se necesitaba.

Situamos nuestra realidad a partir del olvido, se necesita de una respuesta que llene el vacío que han dejado nuestras percepciones, de modo que la memoria se establece como una ilusión objetiva de la realidad. Un pensamiento que no debe variar se transforma en una idea con infinitos caminos, la cápsula en la que se está viviendo se elimina para extenderse sobre un infinito en el que se abstrae contrariamente a una finalidad positiva, como se espera de cualquier abstracción, sino que espanta el alma de lo físico y lo terrenal.

La memoria termina siendo una sencilla distracción para auto complacerse de que se posee el conocimiento, un argumento para ratificar lo seguro que se está, el sustento de toda ilusión, la versión acabada de la perfección. “Que retroceda la luz/ Y vuelva al inflamado/labio que la creó/..Es que de tarde en tarde el mundo perece/Y es necesario bañarse en el río sagrado/Para dejar al descubierto/El mundo de la ilusión."

Con esto se finaliza la segunda idea que se menciona en las páginas anteriores (cuyo comienzo y final es este) y que ya se anticipaba a lo largo del ensayo. El pensamiento no es más que la inseguridad que nace ante la realidad que no permite una conexión con la naturaleza, incluso hay percepciones que ni siquiera poseen respuesta y no porque no las entendamos, sino por la sencilla razón de que no existe, de modo que crear un pensamiento para cada idea resulta innecesario, sin embargo, el pensamiento ante su necesidad de seguridad, intenta responder incluso aquello. Todo pensamiento es innecesario, toda objetividad lo es. La invención de una realidad es una mera interpretación que nace a partir de nuestra evolución que responde a una adaptación. El ser humano ha encontrado una mejor manera de resolver sus incapacidades físicas y es a través del pensamiento.

En el pensamiento incluso puede ignorar todo su entorno y crear en sí una objetividad de la que ni siquiera el propio creador está seguro, pero sus pensamientos lo hacen creer que sí. Cuando se tiene conciencia de esto, entonces ¿cómo saber qué es lo real?

Todo pensamiento humano encuentra aquí sus bases, la ambición, corrupción, poder, ira, felicidad, etc. Son solo ideas inacabadas sobre el entorno, que en un afán humano de auto complacerse, son acabadas artificialmente. Incluso la seguridad y la satisfacción son ideas inacabadas de la naturaleza.

Entonces ¿cómo confiar en este ensayo? Todas estas ideas son una creación que se abstrae extrañamente de la realidad, no representan nada más que una necesidad de querer encontrar una respuesta, de sentirme seguro. Una vez estando seguro ya no existe la sensación de que algo está inacabado. Pero estar seguro y sentirse satisfecho con la respuesta no es sinónimo de haber encontrado la verdad.

Este escrito es nada.

Insane
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2 Comentario aSobre el solipsismo en '1984' de Orwell.

  1. Luis dice:

    En sesenta años de búsqueda,este es el ensayo más lúcido,acertado,y didáctico,que he encontrado sobre solipsismo.
    Yo creo que la verdad existe,está dentro de cada uno,es distinta para todos,e imposible de comunicar.
    Los críticos del solipsismo,se solazan en concluir que el solipsista cree que los demás no existen y patean piedras para demostrarlo;pero yo creo que el solipsista dice que es el creador y único habitante de su propio universo (aunque no le guste su creación) pero puede que haya infinitos universos individuales ( ver polisolipsismo,profesor Pedro Galvao y colegas,Universidad de Brasil.)a los que no puede acceder en su esencia ni comunicar la del suyo.
    Firma:Como enseña el preclaro colega,NADIE.

  2. Anónimo dice:

    Winston si es corrompido en todo:
    - En primer lugar le hacen amar al gran hermano y seguir todos sus rituales. Es decir, cambian sus ideas e ideales.
    - Además, termina traicionando a Julia, cosa que él había prometido nunca hacer, y además creía que nunca podrían lograr que el cometiese traición, aún cuando renunciara a sus ideales. Pero también cambiaron sus emociones y sentimientos.

    Es decir que Winston cedio en todo, a tal grado, que al momento de su muerte, estaba solo y alavando al gran hermano. Feliz de haber compredido que 2+2 =5.

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