Nos gustaría dormir en un mándala, para que nuestros sueños, se reflejen en las olas de la monotonía. Para que cada lobo irreductible lance sus inseguridades, y sepa que no esta solo en la manada de lobos refractarios. Somos muchos los que cada noche enarbolamos la rebeldía, sea en una esquina, en un penal o en un papel. Cada grito de guerra, es un fraternal saludo a todos los lobos.
Salud por ustedes