Ser sensible, avanzas escapando
de la ácida sociedad que derrite tus días
como el ineludible fuego que consume la mecha del existir
Vives con pálido glaciar dentro de tu pecho
y lloras como algún cachorro callejero
envuelto por el azul frío del clima y del abandono.
Naciste póstumo, ardiendo en el invierno,
condenado por tus sentires desde el inicio
y por un alma rebosante de llagas verdosas hasta el final
Eres el corazón extraterrestre del planeta sin semblante
aquel que busca luz y lo vomitan las sombras,
aquel que busca amor y lo masacra la soledad.
Christian Hennings